El Parlamento de Egipto, dominado por fundamentalistas, reclamó hoy, domingo, la renuncia del mufti Alí Gomaa por virtualmente reconocer el control israelí de Jerusalem al visitar y orar en la mezquita de al-Aksa (foto), el tercer lugar más sagrado para el islam, en un viaje que generó un gran revuelo en todo el mundo árabe.
Para la mayoritaria Hermandad Musulmana se trató de “una catástrofe”, y el Comité de Asuntos Religiosos la calificó de “un signo de normalización de relaciones con la entidad sionista”.
En tanto, la Unión de Escritores Egipcios cancelará la membrecía de Gomaa, quien argumentó que fue una travesía personal y no oficial, en respuesta a una invitación de Jordania, que sigue siendo el custodio de los lugares santos musulmanes.
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