El funeral de los cuatro judíos que fueron asesinados en el ataque del lunes en una escuela judía en Toulouse se realizó esta mañana en el cementerio de Givat Shaul de Jerusalem. Miles de personas, incluyendo el canciller francés, Alain Juppé, asistieron al funeral.
El rabino Jonathan Sandler, de 30 años, sus hijos Gabriel y Arieh, de 3 y 6 años, y Myriam Monsonego, hija del director de la escuela el Rabino Yaacov Monsonego, serán enterrados en el cementerio de Givat Shaul.
Mientras tanto, Francia realiza una búsqueda en la casa del único sospechoso de 24 años de edad, quien declaró que tiene vínculos con Al-Qaeda y dijo que se entregará el día de hoy, según informó el ministro del Interior francés Claude Gueant.
El legislador de la Knesset (Parlamento), Reuven Rivlin, dijo en su elogio: "En Toulouse, Jerusalem, Nueva York y Buenos Aires, los judíos de todas las facciones se unen a nosotros con un profundo dolor y las lágrimas en los ojos".
Y añadió: "El pueblo judío frente a los animales salvajes e insaciables por su locura y por su odio, los asesinos, que no distinguen entre un colono y un izquierdista, un judío de Israel y un judío en la diáspora. Ellos son conscientes de la indisoluble unión entre todos los judíos. Ellos entienden que las divisiones entre nosotros son sólo una ilusión”.
"Pero ellos también saben dónde nos duele. Reconocen nuestros valores más sagrados… pero no vamos a dejar que prevalezcan sobre nosotros. El Estado de Israel tiene el deber de garantizar que las vidas judías se puedan mantener en cualquier parte del mundo", agregó.
El ministro del Interior de Israel, Eli Yishai, también habló en el funeral: "Esperamos que el gobierno francés adopte las medidas más severas contra los culpables, para perseguir el antisemitismo y a sus partidarios, hasta que se alcanza la salvación".
Por su parte los jefes de los rabinos de Israel, Shlomo Amar y Yona Metzger también recordaron a las víctimas. Amar rompió en llanto cuando habló la niña de ocho años de edad, Myriam Monsonego.
El canciller francés, Alain Juppé, dijo en el funeral que el asesinato conmocionó a todo el pueblo de Francia. "Su dolor, su dolor es también el nuestro. Toda Francia está en estado de shock", dijo.
Juppé hizo hincapié en la determinación de Francia para luchar contra el antisemitismo y dijo que los 65 millones de ciudadanos franceses no tolerarán ningún ataque contra judíos.
Anteriormente, expresó en una reunión con presidente israelí Shimon Peres "la solidaridad del pueblo francés con la nación de Israel" en su momento de dolor.
"La sangre de nuestros dos pueblos se derramó en este asesinato", dijo.
Antes de que los cuerpos fueran trasladados a Israel, se realizó una ceremonia conmemorativa en la escuela Ozar HaTorá, durante el servicio, el gran rabino Avraham Toulouse Weill dijo: "Los valores judíos son los mismos que los de la república francesa. La República que nos pertenece a todos".
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