Itongadol/AJN- La Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos realizó en la noche de ayer, martes, una reunión extraordinaria del plenario de su Comisión Directiva, “en la cual se decidió fomentar en todas las instituciones afiliadas la participación masiva de todos sus integrantes, judíos y no judíos, en la vida comunitaria de la AMIA”, que no puede renovar autoridades desde mayo, según explicó su presidente, Waldo Wolff, a la Agencia Judía de Noticias.
La Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos (FACCMA) realizó en la noche de ayer, martes, una reunión extraordinaria del plenario de su Comisión Directiva, tras la cual su reelecto presidente, Waldo Wolff; su vice Jorge Slafer; su tesorero, Jaime Ikonicoff; su protesorero y ex titular, Daniel Belinky; y su secretaria de Relaciones Institucionales, Inés Gruner de Lewin; conversaron con la Agencia Judía de Noticias (AJN).
WW- La federación tuvo hoy una reunión del plenario de la Comisión Directiva, con una presencia masiva, en la cual se decidió fomentar en todas nuestras instituciones afiliadas la comunicación de las nobles actividades que hace la institución madre en lo asistencial de la comunidad y la participación masiva de todos sus integrantes en la vida comunitaria de la AMIA.
P- ¿En qué consiste esto?
WW– Entendemos que la AMIA tiene, lógicamente, el monopolio respecto de decisiones que tienen que ver con cuestiones trascendentes de la vida de un judío, así como la DAIA tiene el de la representación política institucionalizada y la OSA, el de la representación respecto del sionismo. La AMIA legisla, opera y acciona en momentos trascendentes de la vida de un judío, tales como nacimiento, educación, casamiento, muerte, entierro, asistencia a la tercera edad y a aquellos indigentes de la comunidad que no pueden solventarse. En la federación permanentemente hacemos acciones tendientes a concientizar a la gente: por ejemplo, el año pasado llevamos a nuestros cuadros representativos al Museo de la Shoá y tuvieron una visita guiada a la AMIA, para que conozcan el monumento y la acción que desarrolla. Hacemos permanentemente donaciones a instituciones, tanto comunitarias -el año pasado colaboramos con la Fundación Maor (centro comunitario para la prevención y asistencia de adicciones) y el anterior lo hicimos con (el hogar de ancianos) LeDor VaDor- como no comunitarias, muchas veces en nuestras visitas al Interior. Y entendimos que ya que captamos a una masa muy importante de judíos institucionalizados, debemos convocar a la responsabilidad cívica del conocimiento y la participación en la institución madre.
P- ¿Esto cómo se efectivizará?
WW– En función de una propuesta que tuvimos de las afiliadas a las que representamos en forma personal, decidimos que vamos a fomentar que toda persona mayor de edad, judía o no judía, que participe en una actividad regulada por la federación tenga la posibilidad voluntaria de acceder a ser socio de la AMIA, contando las nobles actividades que hace.
DB– Todavía no tenemos definido el proceso administrativo porque fue una decisión de recién del plenario, pero en el momento en que se hagan las afiliaciones a los torneos se implementará la posibilidad de que se hagan socios (de la AMIA).
WW– Esto es totalmente voluntario. En FACCMA tenemos históricamente una partida destinada al fomento social, asistencial, caridad, etc. Como consideramos que ser parte de la institución kehilatí (comunitaria) central por excelencia es un derecho universal de todo participante de nuestros torneos, le garantizamos el aporte mínimo para ser socio de la AMIA si lo desea. Salimos con una campaña de esclarecimiento no solamente para los que participan de nuestros torneos. Todas las instituciones afiliadas, por decisión propia y en la medida que le dé la fuerza, va a fomentar lo que hace la AMIA. Es importante aclarar que esto que estamos haciendo con la AMIA lo hacemos de forma permanente con el Keren Kayemet Leisrael (KKL). Hay que tener en cuenta que en todas nuestras actividades son adherentes las instituciones centrales: KKL, AMIA, OSA y DAIA.
DB- Vamos a profundizar una acción ya iniciada. La realidad es que hoy la AMIA tiene un promedio de edad de sus socios de 65 años; entonces, si alguien no hace algo, dentro de cinco o diez años -si sacamos proyecciones-, la AMIA no va a tener socios.
P- Siempre se habló de la participación de las personas de las sociodeportivas en la totalidad de la vida judía, ¿se está concretado algo que debió ocurrir hace tiempo?
JS- Es evidente que siempre tuvimos un concepto: somos totalmente apartidarios. No podemos decir que somos apolíticos porque política hay en cualquier orden de la vida. Lo que ocurre es que el 10 por ciento de la comunidad es socio de la AMIA. Lo que estamos persiguiendo es: “Participá y preocupate por tu comunidad, no la mires de afuera; no podés quedarte en tu casa tranquilo, diciendo: ‘los dirigentes son malos, nada hacen’”. Se inventan historias… Simplemente les estamos brindando la oportunidad de que participen.
WW: Hay que aclarar que en nuestras instituciones coexisten miembros de todos los colores políticos, y fomentamos que todos los institucionalizados de la comunidad participen. Ésta es una acción política, pero apartidaría.
P- Esto aparece en el momento de mayor crisis política de la comunidad judeoargentina, ante la indefinición en la renovación de autoridades de la AMIA desde mayo, y tiene un valor no menor…
JS- Sí, hay un cambio y es una realidad. Durante “x” años tuvimos una posición y hoy nos tiraron un guante. La masa total de presidentes de afiliadas nos está pidiendo que nos ocupemos de que la gente se movilice y tome interés en nuestra comunidad. Tenemos problemas diarios y hay que actuar.
P- O sea que se ocupa un espacio vacío…
IG- Ninguno de nosotros quiere ser presidente de la AMIA, sino que queremos que la gente participe. Es lo que recibimos de todos nuestros asociados.
P- Ha circulado la posibilidad de que Waldo sea candidato a presidente de la AMIA…
WW- …No hay posibilidad alguna de que sea presidente de la AMIA en las próximas elecciones. Hago esto de manera totalmente despojada de un interés político personal, al igual que mis compañeros de comisión. Estoy convencido de que los dirigentes tenemos responsabilidades, y la nuestra es interpretar lo que está pasando en la calle. El que piensa eso lo hace porque posiblemente él haría eso en caso de tener intenciones. Que quede claro: no tengo intención política alguna en la AMIA. No conozco su funcionamiento interno. Creo que hay gente mucho mejor preparada y calificada que yo y me parece que siendo presidente de la AMIA le haría un daño a la comunidad.
P- ¿Cómo surgió esto, cuál fue el disparador? Y por otra parte, ¿por qué se llegó a esta situación?
DB– La realidad que se viene construyendo en FACCMA en los últimos cinco años es de un nivel de participación comunitaria creciente, casi explosiva. Fue ocupando un lugar no solamente en lo deportivo sino en lo educativo, en la relación con las otras instituciones centrales, en la participación en el MATE (consejo de presidentes de entidades centrales) y en toda una serie de situaciones, lo cual hizo que, en un momento dado, en una reunión de presidentes de nuestras afiliadas de la Capital y el Gran Buenos Aires nos pidieran que lideremos esta acción, que las instituciones van a profundizar para sus asociados. Nosotros tenemos 5.000 participantes en torneos, pero nuestras afiliadas tienen 50.000. Siempre alguien tiene que dar el puntapié inicial: nosotros estamos más organizados en logística, entonces arrancamos y las instituciones nos van a seguir. Por otra parte, hay una realidad ineludible: la situación institucional que tiene la AMIA no es normal. Nunca sucedió que no se pudiera llegar a un consenso y que la conducción que terminaba tuviera que seguir uno o dos años. Más allá de que (su gestión) es buena, hay una situación institucional atípica y creo que eso debe haber despertado el interés de los presidentes de las afiliadas para decir: “Bueno, busquemos una solución”.
JS- Hay algo también que nos da un aval importante: no es fácil que haya unanimidad entre judíos y acá la hay. Nunca pudimos dar un paso más porque no había opiniones unánimes. Por ejemplo, FACCMA siempre se abstuvo en las elecciones de la DAIA porque había instituciones que querían votar por un candidato y otras por otro. Y esta vez es unánime el aval del guante que nos tiraron.
JI- La federación es una entidad de segundo grado: nosotros estamos representando a instituciones y si todas están de acuerdo, no tenemos más que cumplir el mandato que nos han otorgado. Por eso vamos a liderar este proyecto.
P- Waldo, ¿cómo creés que la dirigencia judía va a tomar esto? ¿Hay algún mensaje para ella?
WW: No tengo duda alguna de que la dirigencia lo va a tomar con beneplácito, y mucho más por el cuidado con el que lo estamos haciendo, de manera voluntaria y unánime. Estamos fomentando la participación de manera apartidaria. Queremos que la comunidad esté repleta de miembros activando y siendo parte de sus decisiones. Éste es un ejemplo que viene dando la federación, a través de sus representantes, hace mucho tiempo: antes de tomar decisiones, las conversamos, las maduramos y, tal como sucedió hoy en el plenario, vemos en qué estamos de acuerdo. Entendemos que los dirigentes tenemos muchos más motivos para estar de acuerdo que en desacuerdo.
Al término de la reunión extraordinaria del plenario de la Comisión Directiva se firmó un acta que señala que “luego de un breve debate se decide que FACCMA promoverá de manera permanente la difusión de la importante y trascendente obra asistencial que realiza la AMIA”.
“Por decisión unánime del plenario, que a través de sus miembros representan a la totalidad de las instituciones afiliadas, se decide que esta federación sostendrá económicamente con el aporte mínimo establecido como cuota social por dicha mutual, a todo federado mayor que desee asociarse”, agrega el texto.
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