La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y el canciller israelí, Avigdor Lieberman, se reunieron hoy martes en Washington, donde discutieron sobre el programa nuclear de Irán, las estancadas negociaciones entre Jerusalem y Ramallah, y la situación de desestabilización en Siria.
De acuerdo con un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lieberman agradeció a Clinton por las duras sanciones impuestas a Irán en las últimas semanas, lo que fue evaluado como un mensaje importante para la región".
Esta es la primera vez que se encuentran Liebermam y Clinton después de 18 meses y la reunión que duró unos 45 minutos había despertado varias especulaciones de que la secretaria de Estado había intencionalmente eludido la posibilidad de reunirse con Lieberman.
De acuerdo a lo consignado por el portal de noticias de Arutz Sheva, algunos analistas estimaron que estas especulaciones forzaron a Estados Unidos a acordar una reunión con Lieberman.
Lo cierto es que tanto en Washington como Jerusalem saben que la administración de Barack Obama no aprueba la línea dura del canciller israelí, cuya propia posición política no es conducente a los objetivos estratégicos de Estados Unidos.
En cambio, la administración de Obama prefiere negociar con el ministro de Defensa, Ehud Barak, como intermediario entre los dos gobiernos. Barak es conocido por sus opiniones pacifistas y es considerado por los expertos de Washington como maleable.
La visita de Lieberman a Washington se produjo un día después de que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, firmó un acuerdo con el movimiento islamista Hamas para poner fin a una larga brecha entre los dos principales grupos palestinos.
La vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, se negó a comentar sobre el acuerdo de reconciliación más allá de decir que era "un asunto interno palestino" y "cualquier gobierno palestino debe comprometerse claramente con la no violencia y a reconocer a Israel".
Sin embargo, algunos analistas dicen que la decisión de Clinton de reunirse con Lieberman podría ser pensada como una sutil advertencia a la OLP por su acercamiento a Hamas en los últimos meses.
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