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El pasado martes 8 de Noviembre un nuevo intento de dar gobierno a la AMIA se vio frustrado por la decisión política de varios factores, principalmente Plural Jai y Avodá, de no dar quórum a la Asamblea Electora convocada para la fecha mencionada.
La motivación de semejante actitud es muy simple: Quieren nuevas elecciones porque perdieron las realizadas en Abril del corriente año y suponen, o quieren creer, que otras nuevas sí les serían propicias.
El coralario que implícitamente se desprende de tal “táctica” es que sólo podría gobernar la AMIA aquel partido que obtenga un 51% de los votos; pero entonces ¿Qué sentido tendría que los estatutos de AMIA establezcan una institución como la Asamblea Electora que persigue la creación de consensos y no la imposición de una mayoría?
En efecto, en lugar de respetar los estatutos de la institución y acatar la voluntad popular expresada en las urnas conformando un gobierno con la primera minoría, Plural Jai y Avodá han elegido el camino más extravagante: Aquel que desprecia la institucionalidad y la decisión de los socios manifestada hace apenas siete meses… si hasta llegaron al extremo de solicitar nuevas elecciones mientras se desarrollaba la Asamblea Electora del pasado Lunes 7 de Noviembre… repudiando de este modo el mismo acto del que estaban participando y para el que habían sido elegidos!.
Pretender que un partido político que no obtenga el resultado esperado exija la realización de nuevas elecciones hasta obtener el éxito perseguido es evidentemente absurdo. Y más aun, podríamos preguntarnos, en la hipótesis de que efectivamente se efectuaran nuevas elecciones y ningún factor alcanzara el 51% ¿qué harían? Adivinar la respuesta es simple: si ellos fueran la primera minoría entonces clamarían por respetar tal minoría y si no, otra vez pedirían elecciones generales… todo lo cual, además de constituir una flagrante injusticia, sumiría a la AMIA en una situación de permanente incertidumbre e inestabilidad.
Sin lugar a dudas, la actitud asumida por los electores de Plural Jai y Avodá está profundamente reñida con la letra y el espíritu estatutario de AMIA, constituyendo una incontestable falta ética que tales electores, en lugar de elegir, pidan nuevas elecciones y fuercen la situación negándose a dar quórum. Una conducta tan grotesca, tan en pugna con el sentido común, la ética y la institucionalidad no debería pasar desapercibida o ser intencionalmente ignorada: es necesario considerar la posibilidad, y hasta la necesidad, de convocar a un tribunal de ética que juzgue y sancione a quienes, a expensas de los intereses comunitarios, no vacilaron en privilegiar sus pequeños afanes partidarios y sus prejuicios.
Este es un material enviado por el Bloque Unido Religioso, como espacio publicitario, el cual se publica tal cual fue enviado.