Hace 4 años, la Sociedad Hebraica Argentina lanzó un Centro de Formación Deportiva para menores de 12 años, que funciona en las sedes de Sarmiento y Pilar.
“El objetivo es empezar a acercar a los chicos a la actividad deportiva desde el concepto de habilidad motora, sin llegar al nivel técnico”, explicó su coordinador, Diego Molina, a la Agencia Judía de Noticias.
DM- Se trabaja con chicos desde sala de 3 años hasta 6º grado, a través del juego y de plantearles problemas para que resuelvan con sus habilidades motoras, que una vez que se encadenan forman las distintas técnicas deportivas. Los grupos están divididos en Jardín, sala de 3, 4 y 5 años, 1º y 2º grados con varones y mujeres separados, y chicos de 3º a 6º. Este año hay un proyecto especial por el cual algunos chicos de las edades más grandes inician su participación federativa, pero con esta concepción lúdica. Los deportes son minibásquet, fútbol de campo y futsal. Esto nos permite hacer un trabajo más apuntado al juego deportivo de lo que puede ser un trabajo más de escuelita, pero siempre bajo el criterio de la resolución de problemas deportivos a través de habilidades motoras. Cerca de 320 chicos están inscriptos en el centro, que funciona los martes y jueves en la sede de Sarmiento y los domingos en la sede de Pilar.
P- ¿Qué diferencia tiene con una escuelita de fútbol?
DM- Puedo llegar a jugar permanentemente con el pie y seguir practicando la habilidad motora; por ejemplo, correr y patear. Lo que se plantea es un formato: en este caso, los motivó el fútbol, pero eso no quiere decir que estemos trabajando el fútbol. Para que puedan entender un deporte se necesita el pensamiento táctico, y eso se desarrolla a partir de los 9-10 años. El objetivo es desarrollar habilidades motoras básicas para el deporte. Las escuelitas trabajan especialmente las habilidades motoras del fútbol, nosotros tenemos un desarrollo integral. La idea es que una vez que el chico terminó el Centro de Formación Deportiva pueda elegir una disciplina con las herramientas necesarias para poder incluirse y sentirse integrado en cualquiera. Trabajamos en función de una globalidad. Nadie va a buscar un campeón olímpico antes de los 9 años. Ellos se forman durante más de una década, a partir de los 12 ó 14 años.
P- ¿Cuándo empezó el proyecto?
DM- Con este formato arrancó en 2007, y permanentemente ha ido creciendo. Los resultados que vemos son buenos y valoramos el formato con el que estamos trabajando. Este proceso hace que los chicos puedan hacer pases, una lógica que pueden compartir y disfrutar. Ganar o perder pasa a ser una situación más del deporte, y no una tragedia.
P- ¿Cómo evalúan este año?
DM- Con respecto a los chicos, fue un año bastante interesante. Llevamos a casi ochenta a las Macabeadas de escuelas deportivas. Si uno piensa desde los resultados, puede ser algo muy frío, pero al analizar el proceso durante todo el año nos damos cuenta de que el trabajo estuvo bien hecho y que los chicos el día de mañana van a poder elegir qué deporte desean seguir realizando. Siempre hemos ido creciendo, y buscamos que el centro tenga un peso importante dentro de Hebraica como institución.