Durante la tarde de ayer, funcionarios del Gobierno mantuvieron intensas negociaciones con dirigentes de la comunidad judía para evitar que el conflicto complicara la cita de hoy, en Washington, uno de los principales motivos del viaje a EE.UU.
El conflicto surgió a raíz de un comunicado que difundió ayer la DAIA, el órgano político de la colectividad judía argentina. «La DAIA considera que no es tiempo de distinciones y que esta causa requiere de una voluntad política real para el esclarecimiento de la verdad», dice sobre el papel del Gobierno en la investigación del atentado a la AMIA.
El comunicado agrega que «el estancamiento que sufre la investigación se vio agravado por recientes decisiones políticas, y por los desvíos producidos por parte del tribunal oral que juzga a los imputados por su participación necesaria».
El canciller, Rafael Bielsa, atribuyó los cuestionamientos de la DAIA a una «interna argentina». Ratificó que «se va a cumplir con el programa previsto» y aclaró que «no es premio, sino un reconocimiento».
Consultado sobre este tema en Nueva York, Kirchner le restó importancia. De todos modos, en charlas con sus colaboradores, responsabilizó a «los que trabajan para (Rubén) Beraja». El ex titular de la DAIA está preso por la caída del Banco Mayo.
La conducción de la DAIA está a cargo de su vicepresidente, Jorge Kirszenbaum, —que representa la línea política de Beraja— ya que su presidente, Gilbert Lewi, está de licencia por enfermedad.
La polémica en torno de la distinción desnudó las diferencias en la comunidad judía. Desde Washington, adonde viajó para participar del encuentro, el titular de la AMIA, Abraham Kaul, defendió al Presidente.
«Kirchner no tiene nada que ver con el estado de la investigación; el Presidente ha hecho todo lo posible para que la investigación avance, aunque a algunos no les guste. En el juicio han surgido verdades que hay que asumir, y esas verdades han surgido por la decisión de abrir los archivos», dijo Kaul a este diario.
Lo que no dice el comunicado de la DAIA pero admitieron algunos de sus voceros en privado, es el enojo con el Gobierno por haber relevado al comisario general Jorge Palacios, principal investigador del atentado de 1994.
En la intimidad, fuentes de la comunidad arriesgan que el malestar de sectores de la DAIA se debería a que en el juicio «se comenzó a ventilar el armado de la causa y la participación del juez Galeano, el gobierno de Menem y la propia DAIA».
En medio de la polémica de la comunidad judía argentina, en Washington, habló la directora para Asuntos Latinoamericanos del Comité Judío Americano, Dina Siegel. Le dijo a Clarín que «el Presidente viene como huésped de honor y va a ser el principal orador. Pero en ningún momento se habló de darle un premio».
En rigor, en Buenos Aires se había difundido que era un premio —una escultura—, pero ayer se dijo que es una distinción, expresada en su lugar como orador.
En la página de Internet del Comité Judío Americano se destacaba el «especial significado» de su presencia a casi 10 años del atentado a la AMIA y se señalaba su «compromiso con los derechos humanos y la Justicia».
Siegel dice allí que «desde el comienzo de su mandato, Kirchner mostró la actitud necesaria para asegurar que haya justicia en el caso AMIA».
La distinción tiene que ver con la decisión presidencial de haber ordenado la apertura de los archivos de inteligencia con información sobre las andanzas de los criminales nazis en el país.
Fte Clarin