Itongadol.- Desde Iton Gadol y la Agencia Judia de Noticias les hacemos llegar el mejor deseo para este año que se inicia. Para cada uno de ustedes, para vuestras familias, para todos aquellos que día a día visitan nuetras páginas para saber que pasa en el mundo judío y que pasa en Israel, a los dirigentes, a las instituciones y sus profesionales con quienes compartimos la tarea diaria, a todos gracias y el deseo de un año dulce y de paz.
El hombre es libre de escoger entre el bien y el mal y su elección tiene consecuencias importantes para todo el mundo. En Rosh Hashaná, una persona no es únicamente juzgada por el Cielo, sino también por sí misma. El resultado de ese juicio de sí mismo debe ser la resolución de cumplir mejor su objetivo, perfeccionándose él y el mundo entero.
El sonido del shofar es producido por el aliento del corazón en un solo tono, sin combinaciones de letras (como en un discurso), y esto indica el punto más íntimo del corazón. Por lo tanto se le llama “tekiah”-una palabra también usada para “golpear una estaca”-ya que este punto es “hundido” en el corazón de una manera extremadamente simple, sin la posibilidad de ser compuesto con intelecto y conocimiento, y menos de ser revelado en discursos y letras. Una persona emite tal grito con una voz simple, desde las profundidades del corazón, lo que va más allá del intelecto.
Hay dos tipos de gritos: el grito de una voz y el grito del corazón. El grito de una voz viene del intelecto, como en el caso de una persona que medita en la grandeza del Creador, se siente abrumada y grita en voz alta y de manera simple. Este grito es externo, como el grito que surge cuando se ve algo nuevo. El grito del corazón, por otra parte, es el “grito interno que no es oído.”
Cuando el corazón se ve abrumado por amor o una idea, el punto más íntimo del corazón, superior al intelecto, es evocado, y este punto es expresado en el grito del corazón.
Shaná Tová Umetuká!