Tras los recientes ataques israelíes que provocaron la muerte de dos líderes de Hamas en sólo tres semanas, el jeque Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantisi, ningún dirigente palestino aceptaba ser el sucesor por temor a colocarse en el punto de mira de Israel. Sin embargo, ayer se supo que finalmente el cirujano Mahmud Al Zahar, de 56 años, aceptó convertirse en el líder de la organización integrista. Encabeza un triunvirato completado por el nuevo número dos, Ismail Hanye –ex jefe de la oficina de Yassin y principal administrador de Hamas– y el número tres, Said Al Siam, antiguo protegido de Rantisi y actual responsable de las relaciones con los otros grupos palestinos.
El liderazgo colectivo pretende proteger a Al Zahar de los misiles israelíes y señalar alternativas en caso de nuevos asesinatos selectivos. Al Zahar encabeza ahora la oficina política de la organización, intentando subrayar así que se distancia del brazo armado Azzadim El Kassam, liderado por Mohamed Def. De todos los participantes en la reunión de Gaza en la que se fundó el principal movimiento integrista palestino, en diciembre de 1987, Yassin, Rantisi, Salaj Shjade, Ibrahim Makadme, Ismail Abu Shanab y Al Zahar, sólo este último sigue vivo. El resto han muerto en los últimos tres años y medio, víctimas de asesinatos selectivos israelíes. El 10 de septiembre, Al Zahar fue objeto del ataque de un caza F-16 que bombardeó su casa. Su hijo mayor perdió la vida y él resultó herido leve.
Fuentes del Ministerio de Defensa israelí afirmaron a «La Vanguardia» que Hamas es hoy «una organización casi transparente para nosotros». En la últimas semanas fueron frenados numerosos intentos de atentado. En gran parte se debe a medios de espionaje electrónico, pero el comandante de la policía de fronteras, David Tzur, insinuó en una entrevista el otro motivo, que para muchos analistas parecía un hecho: Israel cuenta en Gaza «con un excelente servicio humano de información». Según se cree, se trata de al menos un agente infiltrado en la cúpula de Hamas. En Israel dicen que es imposible lograr un éxito del 100% en la lucha antiterrorista y que «probablemente alguno de los intentos suicidas de Hamas tendrá éxito». Sin embargo, creen que el grupo radical, que cuenta con muchos menos recursos económicos que en el pasado, vive uno de sus momentos más difíciles. En la sociedad palestina hay una caza del hombre contra los miles de colaboracionistas a sueldo del Ejército israelí, considerados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) «un cáncer interior». Ayer, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, las milicias afiliadas al movimiento oficial Al Fatah, anunciaron que han ejecutado a un colaboracionista en Ramallah. Mahmud Al Azam, de 29 años, habría entregado al Ejército israelí a uno de sus jefes. La ANP ha presentado 68 denuncias contra sospechosos de colaboracionismo ante tribunales de Cisjordania y Gaza.
En el seno de Hamas reconocen que una de las prioridades de Al Zahar será luchar contra los colaboracionistas. A escala ideológica, el nuevo líder tendrá que decidir entre dos tendencias contradictorias que adoptó en el pasado: la pragmática, como cuando apoyó una tregua con Israel a cambio de una retirada a las fronteras de 1967, y la radical, que apoya la destrucción del Estado judío y la creación de una nación islámica entre Turquía y Marruecos.
Fte L.V.D