Este domingo, 12 de junio, Irán celebró su segunda cumbre nuclear y exhortó a la comunidad internacional a que presione a Israel a someter su programa nuclear a la supervisión internacional, así como unirse al Tratado de No Proliferación.
La convención se llevó a cabo bajo la consigna de "la energía nuclear para todos, las armas nucleares para ninguno".
El canciller iraní, Ali Akbar Salehi, culpó a Israel y los Estados Unidos por ser obstáculos y calificó a Israel como "la principal amenaza nuclear para Medio Oriente", y reprendió a los Estados Unidos porque “siendo el principal patrocinador de Israel tiene la responsabilidad de poner fin a su amenaza nuclear a la región".
La conferencia de Teherán de dos días está ajustada para enfocar principalmente en la política israelí de ambigüedad nuclear y su negativa a confirmar o negar su posesión de armas nucleares.
Salehi aseguró a los asistentes que Irán "está siempre listo para las conversaciones nucleares con el Consejo de Seguridad de la ONU".
También argumentó que en lugar de privar a Irán de la energía nuclear civil, las potencias mundiales deberían concentrarse en el “secreto solapado” de Israel.
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