Hasta el 30 de junio puede recorrerse la muestra “Laberintos de la memoria”, de Claudia Aranovich, en el Espacio de Arte de la AMIA.
La misma consta de una serie de instalaciones, una de las cuales, “Memorial”, incluye una imagen del antiguo edificio comunitario, antes del atentado que lo destruyó, en 1994.
“Es difícil escapar al recuerdo de la ‘Noche de los Cristales Rotos’”, admitió la artista, que aseguró que “conservando la memoria es posible edificar sobre las ruinas”.
También se exhiben las instalaciones “Conos de la sabiduría” y “Caparazones”, de los años ’90, junto a obras recientes en vidrio y resina.
La primera consiste en transparencias del tamaño de una persona, en las cuales “incluí imágenes que remitían a mis raíces y a otras naturales”, explicó Aranovich.
En cambio, prosiguió, “pensé las obras ‘Caparazones’ a la manera de reservorios de la memoria” y su título “remite a la forma en la que se inscribe la edad y la memoria de los quelonios, animales que pertenecen al mar y a la tierra”.
La artista contó que “el 20 de diciembre de 2001, con el país en llamas, al atravesar la zona de Plaza de Mayo había un mar de vidrios rotos, algo de muy trágicas evocaciones, pero que me sirvió para generar nuevas obras”, como “Las banderas”, de 2002 y 2003, que “aún tenían esa carga dramática de la patria rota y necesitada de ser recompuesta”.
Conos y esferas, figuras geométricas, elementos rituales y simbólicos, las tramas que forman la memoria, fragmentos o vestigios del pasado, las transformaciones y la nostalgia son algunos de los temas recurrentes en su obra.
Con una concepción visual arraigada en lo poético, las piezas de Aranovich evidencian formas geométricas, deambulan entre lo simbólico y la expresión más pura, entre la luz y la oscuridad.
La muestra, con curaduría de Elio Kapszuk, puede verse de lunes a jueves, de 10 a 18 hs., y los viernes, de 10 a 16, con entrada libre y gratuita a Pasteur 633.
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