(Reuters) – El presidente de EEUU, George W. Bush, parece dispuesto a anunciar un apoyo limitado a la planeada retirada unilateral de Israel de la Franja de Gaza en la reunión que mantendrá el miércoles con el primer ministro israelí, Ariel Sharon.
Sharon espera convertir cualquier sello de aprobación de Bush de una retirada histórica de los territorios ocupados en una victoria sobre sus oponentes de extrema derecha en una votación decisiva por parte de miembros de su partido derechista Likud el 2 de mayo.
Pero con los palestinos ofendidos por la promesa de Sharon de esta semana de asociar una retirada en Gaza con el reforzamiento de los asentamientos judíos en Cisjordania, Estados Unidos debe avanzar por este campo minado de Oriente Medio con cautela.
Cualquier apoyo que perciban los palestinos por parte de EEUU hacia cimentar un asentamiento judío mayor en territorios que ellos reivindican para formar un Estado podría enfervorizar al mundo islámico y complicar aún más los esfuerzos para estabilizar Irak, donde las fuerzas de EEUU sufren ataques diarios por parte de combatientes musulmanes.
«Sharon está destruyendo cualquier esperanza de paz entre dos pueblos», dijo el primer ministro moderado palestino, Ahmed Qurie, a periodistas.
Instó a Bush a que no diera a Sharon garantías que podrían afectar a negociaciones eventuales sobre la Hoja de Ruta hacia la paz respaldada por EEUU, un plan de paz estancado por la violencia que prevé un Estado palestino que coexista con Israel.
La ambigüedad puede ser la clave en lo que responsables israelíes dijeron que sería un intercambio de cartas entre Bush y Sharon, que tienen previsto celebrar una conferencia de prensa tras su reunión en la zona residencial de la Casa Blanca.
/Por Jeffrey Heller/