El espía israelí Jonathan Pollard (foto anterior a su detención), condenado a cadena perpetua en los Estados Unidos, le envió por primera vez una carta a un presidente estadounidense solicitando su indulto.
La misma le fue entregada por su par, Shimon Peres, a Barack Obama el 5 de abril, pero aún no recibió contestación.
“Espero que mi llamamiento personal puede tocar su corazón y provocar una respuesta compasiva y humanitaria a mi solicitud de corazón de ser enviado a casa para Pésaj, la fiesta de la libertad”, le escribió Pollard.
“Mi liberación a tiempo para celebrar Pésaj en Israel con mi amada esposa sería un reconocido gesto de amistad hacia el pueblo israelí, un acto de solidaridad con un aliado incondicional y de larga data de los Estados Unidos y un regalo de vida de profunda compasión y humanidad para mi esposa y para mí”, agregó.
“Después de cumplir más de un cuarto de siglo en algunas de las más duras prisiones del sistema penal estadounidense, he tenido mucho tiempo para pensar y lamentarme” por lo hecho, prosiguió Pollard.
“Lamento genuina y sinceramente el delito que cometí al pasar información clasificada a Israel.”
El espía añadió que “mis acciones fueron equivocadas y lamento profundamente no haber encontrado una forma legal de actuar en base a mis preocupaciones por Israel”.
Pollard también le planteó a Obama argumentos jurídicos para liberación, ya que su sentencia es desproporcionada, según la opinión de expertos que también le han escrito al presidente estadounidense, como el ex director de la CIA James Woolsey, el ex consejero de la Casa Blanca Bernard Nussbaum y el ex presidente del Comité de Inteligencia del Senado Dennis DeConcini, quienes conocían el contenido del material clasificado que Pollard filtró a Israel.
“Mi devota esposa, Esther, a quien conocí de adolescente, ha estado fielmente haciendo todo lo posible para ayudarme y lograr mi libertad”, escribió.
“Cuando se casó conmigo en la cárcel, hace años, nunca imaginó que después de más de dos décadas su luna de miel soñada aún se demoraría”, continuó el espía israelí.
“Señor Presidente, tanto por ella como por mí, os ruego que por favor me envíe a casa ahora, para nuestra primera fiesta feliz juntos.”
“En vista de las mencionadas razones de salud (NdR: la suya está muy deteriorada y su esposa padece cáncer) y familiares y con el apoyo de principios de muchos altos funcionarios estadounidenses, le imploro que actúe con prontitud para conmutar los más de 25 años que ya he estado en prisión a pena cumplida”, finalizó su carta Pollard.
Por su parte, Esther Pollard expresó ayer, miércoles, su profundo dolor y decepción ante la falta de respuesta de Obama a la carta de su marido y a la petición personal de Peres para liberarlo antes de Pésaj.
“La total indiferencia de Obama a la solicitud de Peres fue muy desconcertante, pero debe ser vista en el contexto de la indiferencia del Presidente a todas las solicitudes que ha recibido para liberar a Jonathan Pollard después de 26 años de prisión, no sólo de Peres y (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu, sino también de funcionarios estadounidense de alto nivel”, declaró.
“El silencio rotundo del Presidente ante todas esas peticiones no deja lugar a dudas: es evidente que no es algo personal contra Jonathan, sino un golpe devastador en la cara de Israel y los judíos de todo el mundo”, concluyó Esther Pollard.
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