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Pesaj: Para Kopytkin, “ya no se festeja como hace 20 años”

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La comunidad judía ya se empieza a preparar para celebrar Pesaj, la pascua, con una mesa en la que no puede faltar la Matzá (pan ácimo), como tampoco sus derivados, como macarundlaj (masas secas a base de azúcar y almendras o maní), vinos y guefilte fish.
Sin embargo, Bernardo Kopytkin, propietario de la tradicional panadería “El sabor de la niñez”, en Villa Crespo, reveló a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que ya no se festeja como hace 20 años.
Kopytkin confesó que si bien sus ventas no se resintieron y generalmente crecen cada año, lamentó que se hayan perdido “algunos valores”.
“Las ventas viene bien, por los menos en la fiesta, y es por respeto a los mayores. Pero ya no se festeja como hace 20 años atrás que se preparaban hasta 20 paquetes para llevar a alguna persona indigente para que no falte en ninguna mesa”, dijo Kopytkin.
El comerciante apuntó que “hay un problema de valores, pero también un poco es la asimilación lo que hace que vayan bajando las costumbres”.
No obstante, ante ese paisaje sombrío, Bernardo vio cierta esperanza y admitió que en los últimos días algunos jóvenes comenzaron a “volver a las costumbres de los abuelos”.
Sin embargo en este recorrido por la memoria surgieron preguntas sobre los cambios que sufrió el mercado y en el cual “El sabor de la niñez” logró sobrevivir y es una de las pocas que tiene la comunidad.
Uno de esos cambios tiene que ver con la materia prima. “El pan negro, por ejemplo, aún se fabrica, lo que pasa es que no es el pan negro de antes porque antes éramos siete panadería y había molinos que hacían la harina para nosotros. Ahora quedo yo y tuvimos que reemplazar esas harinas por otras”, reveló Bernardo, en su local de Lavallejas al 700.
En ese recorrido por los recuerdos, Kopytkin le brindó una página a la Panificación Goldstein, que trascendieron en la comunidad judía por el “pan gris”.
Bernardo contó que los dueños fallecieron y finalmente uno de los hijos “dejó la panadería y se retiró a otra actividad”.
“El pan de antes es medio difícil conseguirlo hoy porque no tenemos las harinas especiales”, aclaró Bernardo para sintetizar los cambios que se produjeron en su rubro.
Aunque Kopytkin lamentó que “no haya ningún restaurante de la colectividad judía europea, hay más de la comunidad sefaradí”.
A la hora de explicar las razones de los cambios, el panadero dijo que “uno de los factores es el económico y otro de los factores es que la gente se aleja, se abre de la comunidad”.
“Como decía algunos se empiezan a integrar de nuevo y lo importante es que la gente vuelva a sus raíces. Por ejemplo antes había 50 colegios y ahora hay seis, y esto a lo mejor es una falacia de los mismos padres que nos pasamos quejándonos de lo que nos cobraban para poder ayudar a otros chicos”, opinó.
Por eso, Kopytkin prefirió cambiar de lema y ahora sostiene que “si hay para vacaciones o para cambiar de auto tiene que haber para el colegio de los hijos”.
Más allá de este repaso por la historia, los panaderos ya comenzaron a preparar los pedidos ante la fiesta, en la que está prohibido comer harinas comunes y se consume matzá (pan sin levadura), porque, según la tradición, el pueblo judío salió de Egipto sin tiempo para dejar leudar el pan para el camino.
En la panadería “El sabor de la niñez”, la más tradicional de Villa Crespo, se pueden ver productos de Rusia, Polonia, Hungría y Lituania, pero también se ofrece una gran variedad de masas secas, leicaj (torta de miel) y strudel de manzana, nueces o membrillo, como así también farfalaj o guefilte fish, alimento más pedido entre lo salado.
En resumen, varias son las delicias que se pueden llevar a la mesa judía para celebrar la pascua.
La Argentina cuenta con una de las mayores comunidades judías del mundo con 200 mil miembros.
Asimismo, la Argentina fue blanco de dos ataques terroristas que tuvieron como principal blanco objetivos judíos, ya que fueron perpetrados contra la Embajada de Israel y la sede de la AMIA.
Ambos ataques, perpetrado en la década del ’90, dejaron más de un centenar de muertos y cientos de heridos.

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