El fiscal Alberto Nisman, a cargo de la investigación del atentado a la AMIA, alertó que podría haber otro atentado iraní en la región, en el marco del ciclo de conferencias coorganizado por la Sociedad Hebraica Argentina y la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“Estos hechos tienen una dosis de total imprevisibilidad y sorpresa, pero por la información con que se cuenta, en la eventualidad que Irán ordene un atentado en Latinoamérica, sería en los Estados Unidos o cerca” de ese país, pero “obviamente” no “en países amigos de ellos, como Venezuela y Nicaragua”.
La idea sería “hacerles sentir que ya están presentes en lo que se llama el ‘patio trasero’ de Estados Unidos”, conjeturó en referencia a países políticamente cercanos a Washington, como México o Colombia.
Respecto a la actual situación, Nisman consideró “grave lo que está pasando en América Latina, pues hay varios gobiernos de la región que permiten la entrada de grupos fundamentalistas islámicos iraníes: Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia”.
“Esa penetración ya ha logrado que toda una tribu indígena de Venezuela se haya convertido al islam”, señaló.
El fiscal apuntó que “debido a los acuerdos del Mercosur, cuando un iraní consigue documentos venezolanos puede recorrer libremente toda Sudamérica”
Respecto de la “conexión local” del atentado a la AMIA, Nisman manifestó que espera concluir la investigación sobre el último tenedor de la camioneta-bomba, Carlos Telleldín, y su entorno para fin de este año, de modo de poder concretar el juicio oral que ordenó rehacer la Corte Suprema después de anular parcialmente aquel en el cual resultó sobreseído, en 2004.
También recordó que el juez Rodolfo Canicoba Corral “tiene que decidir sobre un pedido de detención presentado por la Fiscalía” contra Telleldín.
“Si logramos probar que personas de su entorno están involucradas (en la preparación del atentado), las llevaremos a juicio junto con Telleldín”, agregó el fiscal.
En otro orden, Nisman sostuvo que duda que Irán acepte la propuesta argentina de juzgar a los imputados de ese origen en un tercer país pues “considera que son inocentes y que no fue terrorismo, sino un acto de Estado, por lo que busca una ‘solución política’ y no judicial”.
De todos modos, recordó que “tenemos la suerte de que el delito ha sido calificado como imprescriptible y lo seguiremos hasta el último día”.
Nisman no quiso opinar acerca de la postura del gobierno argentino de no extraditar a Chile a Sergio Galvarino Apablaza Guerra, acusado del asesinato del senador Jaime Guzmán y del secuestro del hijo del dueño del diario “El Mercurio”, Cristián Edwards.
El fiscal se limitó a afirmar que tal determinación no influirá en el pedido de detención internacional de los iraníes porque “la decisión ya fue tomada” y aprovechó la ocasión para reconocer que “el delegado de Chile siempre colaboró con la Argentina” y votó a favor en el Comité Ejecutivo y la Asamblea General de Interpol.
“No fue un acompañamiento por un convencimiento” sobre la solidez de las pruebas, sino en apoyo a “un país hermano”, valoró.
Nisman aprovechó la oportunidad para referirse a la posición de Brasil, “y cada uno podrá hilvanarla con la postura actual que está teniendo con respecto al gobierno de Irán”.
El fiscal recordó que “dos días antes” de la reunión del Comité Ejecutivo de Interpol, en 2007, que votó el pedido de captura internacional de los imputados iraníes, “estábamos comiendo con la gente de Cancillería, en Lyon, y les dijeron por teléfono que el delegado de Brasil no viajaría”.
Ese faltazo “fue inocuo porque la votación fue 12 a 0 a favor de la Argentina, e incluso los países islámicos votaron a favor”, pero “fue un llamado de atención” respecto de la posición brasileña.
“Lo grave -prosiguió Nisman- fue en la Asamblea General de Interpol, en Marruecos, donde estaban todos los países: recuerdo que exponía a las 15 hs., y a las 13.35 vino uno de los dos funcionarios de Cancillería -que siempre era optimista-, con mala cara y un papel en la mano y me dijo: ‘Leé’.”
“Era un cable de la Cancillería argentina que decía que se había recibido una nota de Brasil anunciando que se abstendría de acompañar a la Argentina en su petición de (aprobación de) las ‘circulares rojas’”, reseñó el fiscal.
Según Nisman, “el argumento era una payasada, pues decían que apoyar a la Argentina implicaba admitir que en la Triple Frontera había terrorismo; no se entendía la relación entre una cosa y la otra”, pero como el voto es secreto, “no sabemos qué países votaron a favor y en contra”.
“Días después, ya en Buenos Aires, esa misma persona me dijo que era tal el grado de comercio (entre ambos países), ya en ese entonces, que para mantenerlo Irán le exigió a Brasil no sólo que se abstuviera, sino que mandara una nota a la Argentina y quedara expuesto que fue recibida”, continuó el relato del funcionario judicial.
Para Nisman “fue una vergüenza”, y reveló que “pudimos averiguar cosas cuando enviamos exhortos, debido a que contestó la Justicia de Brasil y no los políticos”.
En otro orden de cosas, el fiscal sostuvo que la Argentina fue blanco del atentado “por la buena relación diplomática existente” con Irán en ese entonces y “por el gran antisemitismo imperante en las fuerzas armadas y de seguridad” locales.
La actividad se efectuó en el salón Dorado de la sede Pilar de la Sociedad Hebraica Argentina.
Foto: Nicolás Kremenchuzky.