Un nuevo debate interreligioso se ha instalado a raíz de que la magistrada Carmen Argibay, integrante de la Corte Suprema de Justicia, planteó la posibilidad de que sean retirados los crucifijos y símbolos religiosos de las salas de audiencias de los tribunales nacionales.
"Yo nunca tuve un crucifijo en mi despacho porque soy una funcionaria de un Estado laico, como es el argentino", dijo Argibay y agregó que "hay que tener en cuenta que recibo gente que puede tener todas las religiones o ninguna, y de eso se trata precisamente la libertad de culto", dijo la jueza en una entrevista pública durante un encuentro nacional organizado por PAR -Periodistas de Argentina en Red.
A su vez, la magistrada amplió su opinión diciendo que tener un símbolo religioso en un tribunal oral, en donde los testigos juran por sus creencias “puede influir de forma negativa”.
Una de las maneras en que esto podría pasar es que un “testigo puede considerarlo una discriminación. Además -enfatizó la jueza- no tiene sentido porque el Estado argentino es laico".
Con respecto a la postura y propuesta de Argibay el rabino Daniel Goldman expresó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que coincide con el planteo realizado.
En contradicción con ambas posturas el padre Farinello negó, esta mañana en diálogo con radio10, que haya que sacar un simbolismo como el crucifijo ya que no es algo que identifica solamente a los cristianos sino que es un símbolo del amor que va más allá de la iglesia”.
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