Un alto general, la secretaria de estado,
A pesar de la presión de suspender la quema del sábado, Jones dijo que también había recibido mucho entusiasmo de aproximadamente 50 seguidores que le enviaron copias del Corán a su Centro Dove Outreach, ayer en una conferencia de prensa. El plan continúa mientras se lleva a cabo un debate emocional sobre el centro islámico que se quiere hacer en la zona cero que fue atacada por los terroristas en Nueva York en el 2001.
“No estamos convencidos de que cancelar el evento sea lo correcto”, expresó Jones, de 58 años, quien no respondió ninguna pregunta.
El departamento de bomberos de Gainesville, Florida, negó que Jones haya solicitado un permiso de quema, pero dijo que sus abogados le informaron que tenía derecho a prender fuego a los libros Corán con o sin permiso de la ciudad.
Jones fue seguido por un escolta armado y dijo que había recibido más de 100 amenazas de muerte desde que anunció en julio que llevaría a cabo el Día Internacional de Quema del Corán. Los musulmanes consideran al Corán como la palabra de Dios e insisten con que sea tratada con el mayor respeto.
El libro, según Jones, es cruel porque emana algo más que la verdad bíblica e incita a la violencia radical entre los musulmanes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Baharain dijo que el plan era un acto vergonzoso e incompatible con los principios de tolerancia y coexistencia. Sus declaraciones de hoy están entre las primeras denuncias oficiales del mundo árabe sobre este tema.
Cerca de 200 abogados y miembros de sociedades civiles marcharon y quemaron una bandera estadounidense en la ciudad pakistaní Multan en demanda de que Washington pare la quema del libro sagrado musulmán.
“Si se lleva a cabo la quema, será el comienzo de la destrucción de América”, leía un cartel en inglés que llevaba un manifestante.
El presidente de Indonesia, el país con mayor población musulmana, también le envió una carta al presidente estadounidense Barak Obama para pedirle que suspenda el evento.
Por miedo a la aparición de violencia antiamericana, el Departamento de Estado le ordenó a las embajadas estadounidenses de todo el mundo que aumenten su seguridad. Los postes alertarán a los ciudadanos americanos en distintos países si hay protestas.