Rabinos de distintas comunidades conservadoras en Capital Federal evaluaron al movimiento y se refirieron a sus expectativas para el futuro.
Rabino Darío Feiguín, Templo AMIJAI
¿Cómo evalúa al movimiento conservador desde sus inicios hasta la actualidad?
El movimiento conservador fue innovador, fue la llegada de ideas renovadoras y diría que revolucionarias, de la mano del líder espiritual Marshall Meyer. Creó el Seminario Rabínico y la comunidad Bet El. Como decía Meyer, el Seminario era la “fábrica” y Bet El, el lugar de práctica.
En el desarrollo, vinieron años en el ámbito social-político como
En el ámbito espiritual, los ideales de Meyer siguen vigentes. Podríamos decir que ahora hay muchos “Bet El” y que actualmente el movimiento llegó a todo el mundo, donde rabinos llevan adelante el judaísmo Masortí con sinagogas llenas. Este judaísmo sigue firme y fuerte. Lo que sí se produjo es un aburguesamiento u ortodixación de esa idea innovadora planteada en los comienzos
¿Cuáles son las expectativas para el futuro del movimiento?
La crítica sobre el aburguesamiento es la clave. Debemos romper con los moldes que fueron formados para determinado momento, pero no hay fórmulas. El judaísmo se desarrolla, sino lo hace, estaríamos en problemas.
Necesitamos un acercamiento de los rabinos a las comunidades y de las comunidades en sí, acercar a las comunidades desde un lugar más humano, con el concepto de igualdad y con ganas de hacer.
Debemos trabajar en la motivación, trascender los egoísmos que hay en el movimiento Masortí, especialmente el
Hay que lograr que la gente participe más. Notamos gran presencia en servicios religiosos pero pocos estudian Torá. Hay que continuar con el compromiso solidario y el estudio, que son algunos de los temas que planteó Marshall.