“De repente, cuando tenía 18 años mi vida se dio vuelta, cuando me enteré de que mi padre había sido un oficial nazi –es muy difícil describir el shock”. Así es como describe Didi Henke, quien ahora tiene 67 años, la razón por la cual encuentra difícil hablar acerca del momento en que se dio cuenta de la complicidad de su padre con el régimen de Adolf Hitler.
Luego de este descubrimiento, Henke decidió mudarse a Israel para dedicar su vida al Estado y a los sobrevivientes del Holocausto.
Henke aprendió acerca del pasado de su padre de casualidad, mientras cursaba sus estudios en la Universidad de Alemania. “En uno de los cursos nos hicieron saber acerca de la historia de nuestras ciudades”, afirma.
“Busqué información en los archivos de la Universidad, y de repente, me di cuenta de que mi padre había sido miembro de las SS. Estaba shockeada, me sentí muy mal. Fui a hablar con el, pero al igual que mi mamá, se negó a cooperar”, continúa.
El hecho de que su padre no mostró remordimiento por sus acciones hizo que ella cortara todo tipo de lazos: “Lo saqué de mi corazón y decidí dedicar el resto de mi vida a los sobrevivientes, como manera de rectificar lo que él hizo mal”.
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