Inicio NOTICIAS Otros 6 mil argentinos se irán este año a vivir a Israel

Otros 6 mil argentinos se irán este año a vivir a Israel

Por
0 Comentarios

. Los inconvenientes a los que se refiere —que no impedirán que unos 6 mil argentinos se muden a Israel este año— son los recortes en los beneficios a los inmigrantes que anunció el Ministerio de Economía israelí, medida que fue apelada y que en estos días tendrá una sentencia de la Corte Suprema israelí.

«Lo que pasa ahora —explica Slepoy— es que por las dificultades económicas que atraviesa Israel se tuvieron que ‘tocar’ algunos de los beneficios que tenían los inmigrantes. Pero esto no quiere decir que la inmigración se haya cerrado, ni mucho menos: es más, el 85% de los beneficios siguen vigentes más allá de la decisión de la Corte. Las diferencias van a ser, por ejemplo, que el subsidio que se otorgaba, de hasta 20 mil dólares, ahora será un préstamo a largo plazo y en condiciones muy beneficiosas para el inmigrante. Porque quien emigra a Israel es, desde el primer día, ciudadano israelí, ya forma parte del país, en las buenas y en las malas.»

Por cuestiones demográficas, Israel necesita de la inmigración de origen judío. Hoy, la población no judía representa cerca del 20% de sus 6.750.000 habitantes. «Los judíos en Israel tienen un estilo de vida netamente occidental y entonces las familias se componen por lo general de una pareja y un hijo. Pero las familias de origen árabe son más tradicionales y tienen varios hijos, con lo que su población crece tres veces más rápido que la de los judíos. Esto quiere decir que después de veinte siglos de luchar para tener nuestro estado, en algunos años más pasaríamos a ser minoría ¡en nuestro propio país!»

Es por eso, dice Slepoy, que la Agencia Judía y otros organismos, apelaron rápidamente los recortes del Gobierno. Es que para los israelíes es muy importante que rija plenamente la Ley del Retorno, la Aliá, por la cual «toda persona judía o casada con un judío, o que sea hija o nieta de judíos tiene derecho a regresar a su país ancestral».

Este «regreso» tiene obstáculos, como los que ahora se presentan, y también algunas ventajas individuales y colectivas: «El inmigrante se autoayuda si en su país no le están yendo bien las cosas, y ayuda a Israel a mantener su población judía. Además, la inmigración genera empleo: cuanto más gente viene, se necesitan más casas, más colegios, más hospitales, más rutas, más supermercados. Hay más trabajo para la construcción y para muchos otros rubros, y más posibilidades de que los inmigrantes puedan trabajar en aquello para lo que están preparados, porque en los primeros tiempos nadie puede trabajar en lo suyo, en especial porque la gran mayoría no habla hebreo. Para eso hay un curso intensivo de 5 meses y medio, como para empezar a manejarse. Porque el período promedio de adaptación es de entre 4 y 5 años: ahí ya dominan el idioma escrito y hablado y la mayoría ya está trabajando en lo suyo. Recién entonces se puede decir que los inmigrantes abrieron todas sus valijas».

Con respecto a la situación de conflicto permanente que tiene Israel en la región, Slepoy no detecta entre los potenciales inmigrantes una preocupación que decida la suerte de su mudanza. «Quienes están pensando en irse a Israel se fijan en otras cuestiones y necesitan fortalecerse antes de tomar una decisión final, por lo tanto no suele haber preguntas relacionadas con el problema palestino. Y también hay un fenómeno de negación. No por nada unos 6 mil argentinos decidieron emigrar en 2002 y se prevé que otro tanto lo haga este año. Además, por la gran crisis argentina, la emigración a Israel, a España, a Italia o a los Estados Unidos ya empezó a verse como algo legítimo, no vergonzante. Antes se lo veía como una huida; ahora, como la posibilidad de buscar nuevos y mejores horizontes.»

También te puede interesar

Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Aceptar Ver más