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Elecciones DAIA. Entrevista con el Dr. Agustín Zbar, candidato a la presidencia de DAIA

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AJN:¿Cuál es su idea para lograr una DAIA sustentable económicamente?

Zbar: El sostén económico de la DAIA actual estará garantizado en la medida en que continúe el actual Tesorero, Cohen Saban, quien como candidato nuestro compite contra alguien sin experiencia previa. El principal problema es que la DAIA se mantiene principalmente con contribuciones del gobierno y de empresas no judías, e ingresa esos fondos a las cuentas generales, sin asignación a programas específicos, pues no los hay. El tesorero recaudó bien, equilibró las cuentas, pero la gestión ha sido muy deficitaria. La DAIA, para cumplir su misión, debería manejar muchos más recursos, pero con transparencia y exhibiendo resultados.

¿Cuál es su posición con respecto a la marcha sobre la investigación de las irregularidades cometidas con respecto al atentado a AMIA?

Me parece importante que se pueda avanzar en esta investigación paralela a la del atentado, porque tengo alguna esperanza en que contribuya a determinar los culpables de la masacre. En que ayude a conocer la trama completa de este crimen de lesa humanidad perpetrado por el terrorismo internacional en Buenos Aires.

¿Esta Ud. conforme con lo que se ha hecho hasta ahora en el plano investigativo del atentado?

No, no lo estoy. Hay una línea de imputación de responsabilidad política del Estado Iraní, pero casi nada en valor sobre la conexión local. Es evidente que Hezbollah no concretó su operación suicida sin apoyo nacional, y sobre esto el fiscal Nisman no ha producido nada serio en cinco años. Ahora, luego de la sentencia de la Corte Suprema del mes de mayo, no tiene más excusas y debe urgente mostrar resultados concretos. Nadie tuvo jamás los medios con los que cuenta la fiscalía para investigar, la Corte le dijo que todas las pruebas producidas hasta noviembre de 1995 son válidas, y el fiscal en lugar de avanzar rápidamente para recuperar el tiempo perdido se la pasa en los medios de comunicación o viajando por el mundo.

Su visión sobre el posicionamiento de DAIA con respecto al espectro judío mundial: posicionamiento en el C.J.Latinoamericano, A.J.C.

La DAIA no mantiene relaciones políticas relevantes con ninguna institución del mundo. Ni con el AJC, ni con AIPAC, ni con el Joint, ni siquiera con el Congreso Judío Latinoamericano, en el cual este año postularon al candidato oficialista para un cargo directivo y perdió 15 a 1. Nuestra comunidad perdió toda presencia en el ámbito internacional a causa de la falta de equipos profesionales que se dediquen en DAIA a la tarea de relacionamiento con dirigentes, personalidades e instituciones de los países hermanos de América Latina, con Estados Unidos y con Israel. Hemos proyectado un Departamento de Relaciones Internacionales de primer nivel para cumplir con planes estratégicos en este sentido.

¿Cómo ve a futuro el vínculo con la AMIA?

Bien, no veo problemas si resultamos electos. La DAIA debe comprender que la AMIA es una institución fuerte y representativa de muchísimos judíos, y por ello hay que repensar su lugar y reconocerle el peso que tiene en la toma de decisiones colectivas. La unidad, y hasta la fusión de las dos instituciones en una sola, sería lo más deseable, pero para eso hace falta mucho diálogo para llegar a una gran instancia constitucional.


¿Considera necesario reformular los estatutos de DAIA?

Sin dudas, pero no solamente por la cuestión electoral. El problema es mucho más de fondo, y tiene que ver con el reclamo de la enorme mayoría de la comunidad que piensa y siente que esta entidad no la representa y no percibe que le genere beneficios de ninguna naturaleza. Planteamos una reingeniería institucional de la Comunidad Judía Argentina, tal vez con la forma de una Federación de Instituciones, en la que debería existir una Asamblea de Representantes y un cuerpo de profesionales estable y destacado que desarrolle planes y programas serios.

¿Considera acertado los vínculos de DAIA con el Gobierno Nacional o produciría modificaciones al respecto?
Los vínculos con el gobierno nacional son tenues y erráticos. Abogo por vínculos fuertes y estratégicos, de bajo perfil y alta intensidad, pero no sólo con los gobernantes sino también con otros factores de poder político y social.
Ha ocurrido muchas veces, que al no tener una agenda propia, quedamos atrapados por la lógica del poder de turno, cualquiera sea. Otras veces se actúa sin reflexionar poniendo distancia cuando no corresponde, como sucedió al no acompañar al Gobierno Nacional a la Asamblea de la ONU, a mi juicio un grave error. Si la Presidenta pide que la acompañen a denunciar a Irán ante los presidentes del mundo, y esa es nuestra causa, está mal no ir y peor aún es sembrar sospechas sobre otros dirigentes que correctamente decidieron estar.

¿Se ha hecho lo suficiente en la lucha contra el antisemitismo? ¿Qué más haría en el plano educativo al respecto? ¿Considera que el Inadi cumple cabalmente su función?

El nuevo nombre del antisemitismo es el antisionismo y la condena permanente al Estado de Israel que aparece como políticamente correcta. La DAIA lo dice, pero sigue poniendo el eje en la denuncia de pintadas de aerosoles y episodios aislados y generalmente menores de judeofobia. Hay que cambiar radicalmente la estrategia de la lucha contra el antisemitismo en estos tiempos, porque crece sin asumirse abiertamente como tal al mismo tiempo que crece la asimilación y la pérdida de contacto comunitario con Israel.
El plano educativo es fundamental, y los programas que se desarrollan con la Task Force para expandir en la educación pública el conocimiento de la Shoá deben continuar con mucho más apoyo de DAIA.
El INADI se ha politizado mucho y ha expandido a mi juicio demasiado su radio de acción. Su posición durante el conflicto de Gaza demuestra que no reconocen el nuevo rostro del antisemitismo que antes mencionaba. Nuestra participación en el futuro debe ser más relevante para evitar re-encausarlo y evitar los excesos.

¿Piensa fortalecer el vínculo con el Estado de Israel?

Si, mucho. La DAIA no se asume abiertamente como sionista y aliada política local del Estado de Israel, y por ende no actúa como su abogada en nuestra sociedad. Así, ha debilitado el vínculo de los políticos israelíes con nuestros dirigentes, relaciones hoy casi inexistentes. Hay que trabajar fuerte en el frente interno y en el de las relaciones con Israel para recuperar ese lugar que en distintos momentos de la historia supimos ocupar. Es muy necesario prepararse ahora para los tiempos que vienen, que seguramente serán complicados.

¿Cómo ve la penetración de Irán en nuestro continente?

Con gran preocupación. En la Fundación Abravanel seguimos el desarrollo de esta y otras preocupaciones vinculadas a la expansión del terrorismo internacional.

 

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