La Prefectura Naval, Gendarmería y la Policía Federal se concentraron en este punto para vigilar atentamente el movimiento de la comunidad islámica asentada en Foz de Iguazú (Brasil) y Ciudad del Este (Paraguay). Buscan evitar el ingreso al país de grupos que podrían estar vinculados a Hamas o Jihad, que fueron llamados a cometer atentados suicidas en represalia por el avance norteamericano sobre Irak.
Sin embargo, en la zona se sigue respirando un clima de tranquilidad y el inicio del conflicto bélico no generó ninguna reacción por parte de los grupos islámicos aquí instalados. El viernes, en los comercios de Ciudad del Este el movimiento era normal, excepto por los enormes televisores que sus propietarios instalaron para seguir de cerca la guerra a través de la cadena de TV árabe Al Jazzeera .
Aquí los compradores —la mayoría brasileños que luego revenden la mercadería en su país— saben que deben regatear el precio, y en esto la guerra ayuda.
Pese al clima de tranquilidad que se respira en la Triple Frontera, la Prefectura envió a la zona un guardacostas y un helicóptero para realizar tareas de vigilancia, principalmente sobre el río Paraná.
El prefecto principal Dardo Gonzalo, jefe de la Prefectura de Puerto Iguazú, a cargo del operativo, le contó a Clarín que «hay dos sectores clave donde reforzamos nuestra presencia: son seis o siete kilómetros sobre el río Paraná, hasta la confluencia con el Iguazú, y en la base de los pilotes que sostienen el puente Tancredo Neves», que une Puerto Iguazú con Foz de Iguazú. «Debajo del puente tenemos instalado un guardacostas las 24 horas, en la confluencia de los ríos instalamos una lancha rápida y ya sobre el Paraná va a operar el guardacostas Lynch», agregó.
Gendarmería, en tanto, envió unos 150 efectivos para reforzar el Escuadrón 13, con sede en Puerto Iguazú. Se incrementaron los controles sobre el puente Tancredo Neves y también sobre la ruta 12, donde se duplicaron los puestos de vigilancia.
La Policía Federal también reforzó la vigilancia en la zona, pese a que todos coinciden en que, hasta ahora, no se detectó ningún movimiento fuera de lo normal y la actividad continúa como si la guerra fuera simplemente un espejismo.