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EDGAR BRONFMAN:»Saddam no es una amenaza directa para Estados Unidos»

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Es uno de los líderes más importantes de la comunidad judía en el mundo y particularmente de Estados Unidos y critica con crudeza la política de George Bush sobre Irak. El dato no es irrelevante por cuanto Edgar Bronfman preside el Consejo Judío Mundial, el organismo que aglutina a comunidades hebreas de un centenar de países. Su objeción central a la estrategia de la Casa Blanca ataca una de las premisas básicas que está llevando a Washington a las puertas de una nueva guerra en Oriente Medio: «Yo no detecto que Saddam Hussein constituya una amenaza directa para EE.UU», dijo a Clarín.

Miembro de una de las familias emblemáticas del establishment de su país que fundó y manejó durante un siglo y hasta hace poco tiempo Seagram Company Limited, una de las destilerías más famosas del mundo, Bronfman se muestra partidario de darle más oxígeno a la diplomacia y cree que la democratización de aquella región, como pretende Bush, debe ser antecedida por la solución del conflicto palestino-israelí. «Esa —sostuvo— es una cosa más fácil de hacer que democratizar Irak».

Bronfman estuvo la semana pasada en Buenos Aires para reunirse con el presidente Eduardo Duhalde y con miembros de la comunidad judía local. Objetivo central de la entrevista en la Casa Rosada fue informarse del estado de los procesos judiciales por los atentados contra la embajada israelí (1992) y contra la AMIA (1994).

«Yo tengo un problema moral. Pienso que Saddam Hussein es un ser humano horrible. Pero no estoy seguro de que eso me dé el derecho de derrocarlo», dijo.

—¿Por qué no?

— Si tuviera el derecho de derrocar todo mal gobierno, ¿en qué me diferenciaría? No hay duda de que él es un asesino. Pero yo no detecto que constituya una amenaza directa para Estados Unidos.

—¿Entonces no coincide con Bush?

—Levemente. Creo que tendríamos que haber observado más lo que estaba pasando. Para eso sirven los servicios de inteligencia: saber si es que efectivamente tienen o desarrollan armas de destrucción masiva.

—¿Le daría más tiempo a los inspectores de armas?

—Sí, pero ¿cuánto tiempo más? Porque no es sólo el tema de los inspectores. Hay toda una gama de equipos y personal muy sofisticado. Entonces, o bien sabemos algo y no lo decimos. O no tendríamos que estar ahí. Y yo no sé cuál es la respuesta.

—¿Por qué Bush hace esto entonces?

—Yo no soy el señor Bush (ríe).

—¿Pero no sospecha nada?

—Sospecho que él está convencido de que esto es lo que tiene que hacer.

—¿Alude a una convicción religiosa?

—Pienso que es religiosa.

—¿Tendrá el petróleo, quizás, algo que ver con la ofensiva de Bush?

—No, no.

—¿Y la cuestión israelí?

—No creo que ésta sea tampoco una guerra para proteger a Israel. De hecho, Israel puede protegerse a sí mismo. Creo que Bush tiene una visión de un Oriente Medio democrático…

—¿Se puede imponer la democracia por la fuerza?

—No. Pero uno puede dar por sentado que si desaparece el tirano, eso es lo que la gente va a querer.

—Pero la historia de EE.UU. muestra que eso no funcionó. Intervino en Puerto Rico, en México, en Cuba con la idea de salvar la democracia…

— Bueno, no generalicemos tanto. Puerto Rico es un estado muy democrático.

—Hoy, pero en aquella época….

—¿En que época?

—Hacia fines del siglo XIX

—(ríe) Pero nos remontamos muy atrás.

—¿Un estadista no debe analizar la historia para analizar un problema?

—Mire, tampoco Argentina era una democracia como luego lo fue, por ejemplo, con Alfonsín. México es hoy democrático. Devino democrático en la última elección, sin ninguna presión. O sea, no es que EE.UU. esté tratando de imponer su sistema a todo el mundo. Yo creo que Bush tiene una visión. Cree que el pueblo quiere la democracia y que si le sacan de encima al tirano, entonces la democracia va a surgir.

—¿Teme que una guerra en Irak pueda generar atentados contra objetivos judíos o estadounidenses?

—Sí, creo que es una posibilidad. Pero ésa no es la razón por la que me opongo. Me opongo por una razón moral. Si uno cree que lo que hace es lo correcto tiene que hacerlo sea cual fuere el costo.

—-Para democratizar Oriente Medio ¿no hay que solucionar primero el conflicto palestino—israelí?


—Sí, señor. Porque pienso incluso que es una cosa más fácil de hacer.

—-¿Más fácil?

—Sí, le explico. Más del 70% de los palestinos y de los israelíes quieren que se pongan fin a las hostilidades y una solución que involucre a dos estados. El problema en Oriente Medio es la colaboración entre los extremos. Los extremistas palestinos que quieren empujar a los israelíes al mar. Y los extremistas del lado israelí que quieren empujar a todos los palestinos del otro lado del Jordán. Sin embargo, la mayoría quiere la paz. Así que el truco consiste en lograr que se acerquen las posiciones.

—Pero ¿por qué cree que es un problema más fácil de resolver?

—Porque una vez que usted tenga un estado palestino, no pasará mucho tiempo antes de que se convierta en una democracia. Ellos ya saben lo que es una democracia, la han vivido en Israel. Y les gusta.

—¿Puede el Congreso Judío inducir a Bush a que primero solucione el conflicto palestino—israelí?

—¿Que es lo que yo puedo hacer? Nada. Lo que quiere Bush es deshacerse de Saddam Hussein y de sus armas de destrucción masiva. Creo que él debe pensar que esto es mas factible que lo de la paz entre israelíes y palestinos. Allí nadie tuvo éxito jamás, incluyendo a su propio padre.

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