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La comunidad judía polaca, sin recursos para preservar el patrimonio

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"Es urgente. Si no actuamos ahora, dentro de diez años habrá muchas más ruinas", advirtió Monika Krawczyk, que dirige la Fundación para la Preservación del Patrimonio Judío en Polonia (FODZ).

En Zamosc, la ciudad natal de la revolucionaria Rosa Luxemburgo y del gran escritor en yiddish Isaac Peretz, la FODZ intenta restaurar la antigua sinagoga construida en 1610. A pesar de que Noruega decidió financiar 85% de las obras, la FODZ debe pagar 500.000 euros (640.000 dólares). "Por ahora sólo tenemos 75.000 dólares", explicó Krawczyk.

"Es una misión. Debemos rendir homenaje a 800 años de historia judía en Polonia. Lamentablemente, en los próximos 800 años no tendremos una comunidad tan viva aquí", agregó.

"Aquí había de todo, era el centro del mundo judío para el arte, la filosofía y el derecho. Debemos cuidarlos", insistió.

De unas 10.000 sinagogas y casas de oración que existían en Polonia antes de la Segunda Guerra Mundial, habitada entonces por más de tres millones de judíos, sólo quedan algunos centenares, a menudo en muy mal estado.

Jan Jagielski, del Instituto Histórico Judío de Varsovia, sólo pudo ubicar 321 antiguos lugares de culto dentro de las fronteras actuales de Polonia (desplazada hacia el oeste en 1945).

De los 1.056 cementerios judíos que incluye su inventario, 280 están vacíos y 376 fueron totalmente destruidos para construir edificios, parques, un estadio de fútbol como en Kleczew, o simplemente campos de cultivo.

Jagielski no culpa sistemáticamente a sus compatriotas por la destrucción de los lugares judíos que sobrevivieron a la era nazi.

"Había antisemitismo, pero sobre todo una gran ignorancia de las tradiciones judías", dijo.

La fundación FODZ inició, junto con las diez comunidades judías del país (de unas 3.000 que había antes de la guerra), un largo combate para recuperar todos los bienes que les corresponden, o al menos obtener una indemnización por las sinagogas que hace tiempo fueron convertidas en edificios ordinarios.

A diferencia de Rumania, que decidió devolver todo, las demandas de restitución deben ser presentadas individualmente y son bloqueadas por una pesada burocracia, a pesar de una ley votada en 1997.

Fue necesario esperar al verano de 2008 para que la Fundación pudiera recibir la más hermosa sinagoga barroca que quedaba en Polonia, en Lancut, en la antigua Galicia del imperio austro-húngaro. Hasta ahora, esta obra maestra estaba cerrada al público, salvo algunas excepciones.

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