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Un regreso positivo

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Una vez transcurrido el proceso electoral del cambio de autoridades de la AMIA, era de esperar que Avodá efectuara un Kinus (congreso) en el cual se debatiera su actual situación, luego de que perdiera la elección y consecuentemente la presidencia de la AMIA después de más de 50 años.
Lo inesperado es que el doctor Alberto Crupnicoff se pusiera al frente de la organización del Kinus, pues era un dirigente que luego de culminar su segunda presidencia en la AMIA, en 1996 se llamó a silencio y dejó de participar activamente en el quehacer comunitario.
Alberto Crupnicoff asumió la presidencia de la AMIA por primera vez en 1987 con 36 años de edad, lo que lo convirtió en el dirigente comunitario más joven en la centenaria historia de la Kehila de Buenos Aires.
Hombre plenamente identificado con los principios de Avodá, había sido presidente de las escuelas Sholem Aleijem cuando dicha institución era la más numerosa de la red escolar judía y su actuación en la AMIA en la cadencia 1987 – 1990 es considerada exitosa, tanto que tres años después fue vuelto a ser elegido por los miembros de Avodá para que fuera nuevamente candidato a presidirla.
Esta segunda cadencia la inició con una frase que quedaría grabada en la memoria institucional, pues en esos años se consideraba que la AMIA debía redefinir su estructura.
En su discurso de asunción Alberto Crupnicoff afirmó que "lo único inmodificable durante su mandato sería la torá". Todos los proyectos y tareas que se estaban ejecutando quedaron en la nada el fatídico 18 de julio de 1994, cuando un ataque terrorista destruyó el edificio de la calle Pasteur 633, con su saldo de 85 víctimas fatales, más de 300 heridos e infinidad de pérdidas materiales.
Alberto Crupnicoff y los miembros de la Comisión Directiva que lo acompañaban no bajaron los brazos sino todo lo contrario, e inmediatamente iniciaron el proceso que culminó con la construcción y habilitación del nuevo edificio.
Como decimos más arriba, culminado su segundo mandato se alejó del quehacer comunitario, lo que convierte la responsabilidad que ahora asume, organizar el próximo Kinus de Avodá, en un hecho trascendente para la política interna de la comunidad.
Decimos esto pues es muy importante su planteo de que el próximo Kinus de Avodá, además de dedicarse sus miembros al análisis de lo que ocurrió en el último periodo electoral de la AMIA y elegir sus nuevas autoridades, debe abrirse al resto de la dirigencia comunitaria para debatir y establecer los temas de la agenda que el movimiento tiene que desarrollar en los meses siguientes a fin de que sus objetivos se adecuen a la actual necesidad de la comunidad, donde debe existir un marco en el que se integren los miembros que no son religiosos, sean ortodoxos o liberales, pero de los cuales "no se puede dudar de su identidad".
Por otra parte si bien Crupnicoff afirma que no es su intención ni la de quienes lo acompañan en este proceso el buscar culpables sino establecer un plan estratégico para la comunidad, que según su opinión no existe, mirando al futuro, cuando afirma que en su época la AMIA destinaba el 50% de su presupuesto a la educación judía y que ahora ese porcentaje bajó al 12% está marcando una tendencia muy significativa sobre su visión de lo que debe priorizarse en la conducción comunitaria.
Pero también debemos aclarar que lo hace sin desconocer que la comunidad se ha modificado, y el ejemplo de que así lo entiende es el panel de oradores que esta previsto para dar a conocer su opinión sobre la visión existente de la comunidad en los diversos sectores que la componen. El mismo estará integrado por Daniel Groisman, Sergio Bergman, un rabino conservador y el propio Alberto Crupnicoff.
Estas propuestas que en primera instancia indican que Avodá, o mejor dicho un grupo de sus miembros, están dispuestos a volver a posicionar a su movimiento como un factor ideológico importante de la comunidad, también pueden ser el inició de un proceso que vuelva a revitalizar el debate creativo, y por lo tanto positivo, en todos aquellos que de una manera u otra están interesados en la continuidad de la comunidad judía de la Argentina.
Es por todo esto que creemos que el regreso de Alberto Crupnicoff al quehacer comunitario es muy positivo y nos alegramos que así sea, por más que en el futuro podamos diferir en las apreciaciones que sostenga.
EACH

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