El constitucionalista Daniel Sabsay rechazó hoy las polémicas expresiones del designado presidente de la AMIA, Guillermo Borger, de que en su gestión privilegiará a los "judíos genuinos", y recordó que la mutual "no es una autoridad religiosa que puede decidir quién ha sido convertido como se debe, y quién no".
"Los estatutos de AMIA hablan en un sentido muy amplio de la defensa de los intereses judíos, de las luchas contra el antisemitismo, de la persecución. Son sumamente amplios en la noción de ‘ser judío’, que es una de las nociones más difíciles de definir", señaló Sabsay a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
Según el jurista, "existen distintas dimensiones de la judeidad: una se vincula a lo netamente religioso; otra, a lo cultural, a cierto humanismo, a una forma de actuar y de pensar, a valores. También hay una dimensión que se vincula con el sionismo, y su relación con el Estado de Israel; y hay personas en las cuáles se conjugan estas dimensiones, y otras en las que aparecen solo algunas de ellas".
Siguiendo esta línea de razonamiento, Sabsay apuntó: "que una autoridad administrativa, institucional, un organismo mutual de la colectividad judía se arrogue una suerte de derecho de decidir qué es judío genuino y a quién va a proteger, es un acto manifiestamente discriminatorio, violatorio de una cantidad de normas internacionales".
Sabsay confesó que "en tanto judío, me da mucha pena este tipo de expresiones en una comunidad que ha sufrido tanto en carne propia la discriminación".
Para el especialista en Derecho Constitucional, "es importante que reaccionemos. Tenemos que terminar con que la ropa sucia se lava dentro de la comunidad, porque para afuera queda como que todos los judíos avalamos todo esto".
"Veo con preocupación que cada vez se manifiestan más este tipo de pensamiento, y hasta la manera de actuación es discriminatoria: He visto en algunos ‘countries’ cómo los sectores ortodoxos no sólo se alejan del resto, sino que cuando sus niños se acercan a jugar con otros niños, sus padres los retiran como si se fueran a contagiar vaya a saber de qué cosa", comentó.
En otro orden, dijo que esos sectores ortodoxos "tienen vertientes económicas" que los hacen fuertes, pese a su escasa representatividad, y además "están organizados muy verticalmente, con una dirección centralizada", lo que les otorga poder y una capacidad de movilización que otros sectores no poseen.
Por último, estimó que sería "absolutamente discriminatorio" que la AMIA preste un servicio diferencial a los que considera "judíos genuinos", en detrimento de quiénes, según esa visión, no lo son.
"La AMIA no es una institución religiosa que pueda definir quién ha sido convertido como se debe, y quién no", explicó Sabsay y opinó que, en tal caso, se estaría "prefiriendo a unos sobre otros, buscando un comando unificado que no tiene nada que ver con la historia de los hebreos, cuya organización ha sido siempre horizontal".
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