Fuentes de la Magen David Adom (equivalente a la Cruz Roja israelí) precisaron que al menos 40 personas han sido trasladadas con heridas de diversa consideración a centros hospitalarios de la ciudad santa, ocho de las cuales se encuentran en estado grave.
Todo indica que entre las víctimas se encuentran varios niños, que se dirigían al colegio en autobús, aunque por el momento sólo se ha confirmado la muerte de una niña de trece años. De hecho, testigos presenciales indicaron que junto al autobús siniestrado podían verse, tirados en el suelo, numerosos libros de texto e incluso bocadillos.
Según indicó un comisario de Policía, Shlomo Aharonishky, citado por los medios locales, el kamikaze hizo explotar el artefacto una o dos paradas después de subirse al vehículo, en la parte delantera del mismo, hacia las 7:15 horas locales (6:15 hora española).
En su edición electrónica, el diario ‘Haaretz’ precisa que el terrorista era un palestino de 23 años de edad procedente de la ciudad cisjordana de Belén, y que no estaba fichado por el Shin Beth, el servicio de seguridad interior israelí.
«El autobús se dirigía de Kiriat Menachem al centro de la ciudad. Aparentemente el terrorista suicida se subió, no sabemos cuándo y se hizo explotar», indicó por su parte el jefe de la Policía de Jerusalén, Mickey Levy, a la radio israelí.
«El autobús estaba lleno», añadió, precisando que «hay docenas de heridos y unos cuantos muertos». Hasta el momento el atentado, el primero en Jerusalén desde el pasado mes de agosto, no ha sido reivindicado por el momento.