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Manuel Junowicz: «Quiero una AMIA de todos, con todos, para todos y que entre todos encuentren la solución»

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«Quiero una AMIA de todos, con todos, para todos y que entre todos encuentren la solución», dijo el candidato a presidente de la institución Manuel Junowicz, en una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN).
El ingeniero industrial, proclamado postulante a la presidencia de la AMIA por Avodá de Argentina, fue titular de la OSA en los últimos cuatro años y actualmente acaba de ser designado por las actuales autoridades de dicha institución como presidente honorario.
Argentino, de 57 años, casado con Leda Cesarkas y padre de 3 hijos: Gabriela Magalí, Janina Iael y Jonathan Amos, recibió a esta agencia en su oficina ubicada a metros de la AMIA el pasado viernes 9 pasado el mediodía.

-La primera pregunta estuvo referida a que aclare un concepto que utilizó el 22 de octubre pasado, cuando Avodá lo proclamo su candidato a la presidencia de la AMIA: «Verdadera unidad comunitaria».

Junowicz: Básicamente es el mismo concepto de siempre. El pueblo judío alcanzó sus mejores niveles cuando estuvo todo junto. Cuando yo hablo de unidad es tender la mano y primero ayudar al otro, ya sea una persona, una institución y demás. Y a partir de ahí entender al otro. De hecho la unidad es un concepto judío básico, cuando se plantea: que no le hagan al otro lo que no le gustaría que te hagan a uno, es un concepto de unidad. O sea, respeta al otro como a vos mismo es un concepto de unidad. Yo diría que el judaísmo de alguna manera se podría –que me disculpen los rabanim (rabinos)– reducir a una sola palabra que se llama respeto, pues en ella están los Aseret Hadibrot (Diez Mandamientos) y cuando yo digo unidad no es esperar que me vengan a tocar el timbre, es ir yo a tocar todos los timbres que sean necesarios.

-En «Algunos de los enunciados de propuestas para AMIA», las propuestas que presentó en Avodá para sostener su precandidatura, está escrito «difundir la idea del orgullo de ser judío». ¿Qué significa?

J: Esto es fundamental. Básicamente acá el concepto de orgullo es el siguiente: el tema que me focaliza es la continuidad. Para mí, dentro de mi condición humana, mi condición judaica es primaria y también es importante mi condición argentina. Para que haya continuidad, ¿quién puede trasmitir continuidad? Solamente aquellos que estén orgullosos de serlo. Si se mira por ejemplo a los pibes, uno dice «yo soy hincha de Boca», y te va a contar el gol que hizo Palermo. Está orgulloso de ser de Boca porque conoce el gol de Palermo; el padre le inculcó ese orgullo de ser de Boca. Hay que inculcar a la nueva generación el orgullo de ser judío. Ahora bien, se puede estar orgulloso de ser judío por diversas razones: porque el pueblo judío contribuyó a la humanidad desde hace 4.000 años hasta hoy; porque le dimos las leyes fundamentales con las cuales la sociedad se sustenta; otro podrá estar orgulloso, por ejemplo, por la epopeya máxima judía moderna, que es la creación del Estado de Israel; otro podrá decir: yo estoy orgulloso por la cantidad de premios Nobel que hay judíos. Cada uno tendrá un motivo para estar orgulloso. Hay que llegar al corazón de las personas para que sientan el orgullo de ser judíos. Cuando llegamos al corazón de las personas y se sienten orgullosos de ser judíos, ya forman parte del equipo y pueden trasmitir continuidad. Ahora bien, si a alguien le da lo mismo ser judío o no, y no esta orgulloso de serlo, ¿por qué va a trasmitir esa continuidad?

-El gran problema que enfrenta la comunidad judía actual en la Argentina es la deformación del concepto de educación judía. Hoy por por hoy hay escuelas para judíos, escuelas de judíos y escuelas que enseñan judaísmo. ¿Cómo piensa amalgamarlas?

J: Bueno, acá se dan varias circunstancias. Ante todo la comunidad se ha reducido en almas, entonces cuando cerrás algo es lo mismo que una familia que vive en cuatro ambientes, de repente algunos hijos se van y los padres deciden ir a vivir a dos ambientes, y está bien porque los hijos se fueron. El concepto educación judía para mí es el concepto central. Continuidad es educación. ¿Por qué en estos momentos es más importante la educación que en épocas anteriores? Voy a explicar las ideas que tengo. Porque antes gran parte del bagaje educativo se lo traía de la casa. ¿Dónde se educa un niño? Se educa en la casa y se educa en la escuela adonde va. En gran cantidad de hogares se ha perdido este bagaje y entonces la escuela tiene que redoblar el esfuerzo. Ahora bien, lo que hay que entender es que la computación es importante, que el inglés es importante, todo es muy importante pero lo que no logremos trasmitirle a los chicos en la época que están dentro de los shules es muy difícil que lo adquieran después. El inglés es importante, los chicos con capacidad lo van a aprender en cualquier momento de sus vidas pero el bagaje judío o lo reciben en los años mozos cuando van al shule o probablemente después sea muy difícil que lo reciban. Con esto no quiero decir que no haya que dar inglés y computación en las escuelas, pero también hay que aumentar – de alguna manera – el bagaje judío y llegar al corazón de los pibes.

-¿Qué proyectos concretos piensa implementar cuando se siente en el sillón de la presidencia de AMIA?

J: Un proyecto concreto es traer toda la gente que sepa sobre el tema para que me ayude a coordinar proyectos. No soy el dueño de la verdad, no pretendo serlo. Básicamente me focalizaré en que la educación es el elemento fundamental: destinar la mayor cantidad de recursos a educación, generar un fondo anticíclico de educación y tratar de llegar a las escuelas de todas las maneras posibles como AMIA, como entidad madre, sugiriendo a las escuelas cómo desarrollarse. También habría que ayudarlas económicamente y habría que ayudarlas a que ellas se desarrollen en ese aspecto. Este va a ser el concepto claro, no una línea definida de judaísmo, todo lo que sea judaico es bienvenido. El Rambám decía «nadie puede querer lo que no conoce» y lo que tenemos que hacer es que la gente lo conozca, darle judaísmo, explicarle. Yo creo que la AMIA lo que debería hacer es, como se decía antes, una «Kehila iehudi», una «idishe kehile» (una sede comunitaria judía); que quiere decir hacer que todos los elementos que pasen la pregunta como en el fin del siglo XIX, cuando había un evento histórico, entonces los judíos se preguntaban si «va a ser bueno para los judíos». Si va a ser bueno para judíos, AMIA va a estar involucrada. Este es el factor fundamental, y otra cosa más: es imprescindible que haya un clima optimista de desarrollo y un clima amable de gestión. Por dos motivos: uno porque el éxito es mucho más fácil llevarlo y como siempre dice Simón Peres: optimistas y pesimistas mueren, pero los optimistas la pasamos mejor. Y yo quiero ir a trabajar por mi querido pueblo judío, pero ante todo quiero pasarla bien y quiero un enorme grupo de trabajo y no me importa la cantidad de puestos que haya en la Comisión Directiva, y en ese enorme grupo de trabajo habrá miembros de todos los factores que se van a sumar a la actividad.

-Otro de los problemas que tiene la Kehila está centrado en el aspecto de la observancia religiosa. ¿Cuáles son sus consideraciones, no a nivel personal sino institucional?

J: Quiero una AMIA de todos, con todos, para todos y que entre todos encuentren la solución. No es una frase, cada palabra es un concepto. Una página de Guemara y además de tener el texto fundamental tiene un montón de perushim (comentarios) alrededor. Esto quiere decir: los jajamín (sabios) no estaban siempre de acuerdo, pero encontraban un camino intermedio. Si no se va a hacer así vamos a estar mal. Hay que buscar soluciones a cada problema y no esconderlas, por ejemplo, que Tisha VeAb (fecha del calendario hebreo de duelo por la destrucción del primer y segundo Templo de Jerusalem) la AMIA esté cerrada, tiene que estar cerrada. En el judaísmo tenemos todo lo que D’s nos dio, pero también tenemos el libre albedrío y cada uno elige. Dentro del judaísmo hay observantes, con distintas formas de observancia, pero también judíos agnósticos. ¿No hay que respetarlos? Sí hay que respetarlos, ameritan el mismo respeto que el judío observante y entre todos tenemos que buscar que cada uno se sienta cómodo respetando al otro. Esto es lo que deberíamos hacer, y lo vamos a hacer.

-Con el atentado a la AMIA, ¿cómo va a manejarse?

J: Sé algunas cosas de lo que pasó y sé algunas cosas de lo que pasa, no sé todas, no soy un idóneo en el tema. Hay gente idónea en el tema, hay gente que viene siguiendo la causa hace 14 años, que yo -personalmente – algunos elementos sé y otro no y hay que consultar con ellos. Entonces lo que hay que hacer es sentarse con la gente que ha seguido la causa, que la ha visto de cerca, involucrarse también y poner un poco de criterio. Pero por supuesto que necesitamos que la gente nos diga y nos asesore qué hacer. Visto desde mi posición de hoy digo: me duele 14 años sin culpables en la Argentina, me duele siempre, me duele que ahora aplaudamos lo que hizo Interpol cuando creo que es bárbaro que lo hizo pero un poco tarde. Lo que siento es que hay que insistir: memoria, justicia y demás, no cejar en ningún momento. Una de las cosas fundamentales que quiero decir porque así va a ser: en AMIA todos los días del año van a ser 18 de julio. El tema de la causa va a ser prioritario, si podemos vamos a generar un Departamento de la Causa donde todas las personas involucradas estén sentadas: familiares, allegados, Consejo Consultivo. El tema de la causa tiene que ser un tema de todos los días del año, tiene que haber un departamento y una conciencia de seguimiento, de presión en la comunidad, de todos los días del año, así como hay un Departamento de Acción Social tiene que haber un departamento que se llame 18 de julio.

-¿Qué relación tiene con los familiares de las víctimas del atentado?
J:Los conozco y la verdad es que me acerco y los abrazo. Con algunos tengo más relación. A mí lo que me molesta son los prejuicios de los demás cuando dicen que la dirigencia esto actúa mal, cuando se ensucian un montón de cosas porque con alguien se tuvo un problema. «La dirigencia actúa mal», me hace recordar cuando yo era pibe, que porque algún judío hacía algo mal, todos los judíos actúan mal. Si algún dirigente actuó mal, pues habrá actuado mal pero no es que la dirigencia actúa mal. Entiendo que están en su dolor, también es cierto que pasaron 14 años, hay que ayudarlos y hay que ayudar a la comunidad. La comunidad quiere una respuesta. Ahora, si alguien va a venir en forma extorsiva, a chantajear, a decir es así como yo pienso y de ninguna otra manera, me refiero a algún familiar, pues habrá que tranquilizarlo y decirle que hay otras ideas también.

-¿DAIA?

J: Es una entidad central de la comunidad judía con la cual vamos a tener una brillante relación, ya lo anticipo. No hay guerras internas en la comunidad, porque cuando hay algún problema o yo piense que alguien en DAIA no actúa bien, voy a agarrar un teléfono y llamar y viceversa, porque saben que actúo así. Pienso que tiene que haber una distribución del trabajo comunitario y nadie es mejor que el otro, todos somos iguales, esto es igualdad. Felicito a los que hacen en DAIA, porque DAIA nace como lucha contra el antisemitismo, pero hoy en día es la representación política de la comunidad. Que la deben ejercer, la deben ejercer y AMIA, como entidad central de la comunidad judía, entidad madre, tiene que ayudar a las demás instituciones, incluyendo a DAIA y tiene que haber un consenso y un discurso común. Si no hay un discurso común hay que encerrarse en una pieza hasta finalmente, como decía antes cuando me plantearon el tema religioso, encontrar una línea intermedia porque la dirigencia tiene que dar un mensaje unificado, ya sea para el resto de los judíos o para el resto de la comunidad.

-Mensaje unificado. Desgraciadamente, como dice un medio, la comunidad judeoargentina, se caracterizó por no tener mensajes unificados. ¿Tiene idea de cómo armar ese equipo de trabajo mínimo que debe tener el presidente de la AMIA para llevar a cabo el mensaje unificado?.

J: Sí. Los chicos no hacen lo que los padres dicen, hacen lo que los padres hacen. El mensaje tiene que ser claro. En la vida comunitaria suelen haber inconvenientes cada tiempo y puedo pensar que el otro se está equivocando, pero ¿qué es lo que corresponde hacer? Lo voy a explicar: agarrar un teléfono y decirle: mirá, explicame lo que hacés porque para mí te estás equivocando, y el otro me satisfacerá o me dirá: che, Mendele por qué te parece, y finalmente nos encontraremos un camino intermedio. Pero lo trato mal y lo chicaneo, me va a devolver la chicana. Esto es lo que pasa en la comunidad, si te ponés a analizar es esto. Si hay un problema entre el quinto y el séptimo, lo que hay que hacer es: apretar el ascensor a séptimo y decir: hola qué tal, vine a tomar un café, me explican lo que está pasando. Se soluciona, no que salga por los medios y que este dice esto.

-Israel

J: Puede ser que yo sea presidente de AMIA y puede ser que no lo sea, pero garantizo que hay banderas que no voy a bajar jamás en mi vida. Cuando hablo de fomentar la unidad de la comunidad, hago una extrapolación y digo: fomentar también la unidad con otras comunidades, especialmente con nuestros hermanos en el Estado de Israel. El Estado de Israel es la máxima epopeya de la historia judía moderna. Hoy día viven ahí más de la mitad de nuestros hermanos realmente, y han demostrado como con un gobierno democrático se pueden desarrollar. Es un ejemplo, es un orgullo, es nuestro Hogar Nacional, es nuestro origen y tarde o temprano es nuestro destino. Si yo tuviese que analizar que error cometió el Movimiento Sionista, diría que un solo error cometió el Movimiento Sionista, fue cuando la Comisión Peal, en el año 1937, no hicieron aunque sea un estado más pequeño, porque si hubieran hecho un estado más pequeño como Ben Gurión gritó en ese Congreso, como Golda Meier, que después en su biografía, en su libro ella pone fue el error de mi vida, seis millones de nuestros hermanos no se hubieran perdido. Israel es el seguro, el reaseguro del pueblo judío. Necesita nuestro apoyo total. El pueblo judío e Israel tenemos un destino común, que nadie tenga duda de eso. Ahora bien, ante la sociedad gentil, ante los antisemitas que pululan, el único judío aceptable es aquel que un poquito está arrepentido de serlo, y en esto me declaro totalmente e incondicionalmente apoyando a mis hermanos en Israel. ¿Por qué, por qué? Porque se rigen democráticamente, buscan perdurar y ya han demostrado al mundo lo que son capaces de hacer diez premios Nobel al momento actual en Israel, en sesenta años ¿Poca cifra? Linda cifra. Ahora bien, ¿hay problemas en Israel? Muchos, hay que buscar soluciones. ¿Las encuentran? Siempre. Esto es lo que nosotros tenemos que apoyar. El mensaje mío hacía nuestros hermanos en Israel es que sepan que incondicionalmente estamos al lado de ellos. Esto no debilita mi condición argentina judía, por qué el problema si quiero más a mi papá o a mi mamá cuando era chiquitito yo ya lo perdí. Yo tengo muy claro que quiero mucho a mi Argentina, a la cual pertenezco, la bendigo y agradezco todo lo que ha dado y he decidido estar en ella como están hoy en día mis hijos. Pero también me llena una alegría enorme de ver como el Estado de Israel se desarrolla. No generemos confusiones, este es mi mensaje y no tengo problema que se acepte y que si no soy presidente de AMIA siempre va a ser mi mensaje al lado de mis hermanos en Israel total. No tengo dudas de este concepto. Ahora, hago la siguiente pregunta, retórica porque la voy a contestar. ¿Mis hermanos en Israel decidieron democráticamente elegir un gobierno, y lo voy a poner en duda? Si es un gobierno parlamentario. Puede ser que en mi corazón esté más de acuerdo o menos de acuerdo, pero como presidente de AMIA no yo voy a poner en duda lo que mis hermanos en Israel democráticamente eligieron.
EACh-HDB

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