Henrique Cymerman.-En pleno duelo de cerebros entre los servicios de inteligencia de Irán y de Israel, el Mosad ha estado involucrado últimamente en sabotajes dentro de las instalaciones nucleares iraníes con el objetivo de retrasar la obtención de poder nuclear por parte de Teherán.
Según ha podido saber La Vanguardia de fuentes israelíes y extranjeras, los servicios secretos de Israel llevaron a cabo operaciones específicas contra parte de dichas instalaciones y estuvieron involucrados en la venta de recambios, piezas y materiales defectuosos al Gobierno de Teherán. En Jerusalén señalan que no es casual que el ritmo del desarrollo de la primera bomba nuclear iraní sea más lento que, por ejemplo, el programa de misiles.
Tanto el Mosad como los servicios de inteligencia iraníes intentan movilizar en los últimos tiempos agentes que hablen el idioma del enemigo. En los últimos días han aparecido anuncios en los diarios israelíes que señalan: «Se buscan, para una institución gubernamental, personas que dominen el idioma persa como lengua materna para una función interesante y llena de desafíos». El anuncio pide un compromiso a largo plazo, señala que el puesto es apto tanto para hombres como para mujeres de todas las edades y añade que quien haya hecho el servicio militar tiene ventaja. Se trata de parte de la estrategia aprobada por el jefe de los servicios secretos israelíes, Meir Dagan, que ha decidido centrar los esfuerzos de la organización en evitar la nuclearización de Irán.
El Mosad utiliza un mosaico de información gigantesco. Aunque Irán no tiene frontera con Israel, en la inteligencia se reciben cientos de miles de piezas de información con respecto a todo lo que ocurre en Irán. También la sección militar de inteligencia – Aman- tiene una unidad especial, la número 8.200, que lleva a cabo escuchas de todo lo que ocurre en el país de los ayatolás.
Por otro lado, expertos israelíes señalan que los servicios secretos iraníes también buscan traductores de hebreo o jóvenes que hablen bien el idioma para integrarse en sus servicios de inteligencia. Ante todo, centran sus esfuerzos en estudiantes palestinos en universidades extranjeras o en radicales palestinos enviados por organizaciones islamistas que reciben cursos militares en Irán y en Líbano. En Israel creen que el brazo principal de Irán para detectar y captar hablantes de hebreo son las milicias islamistas libanesas de Hizbulah.
En el Centro Cultural y de Estudios del Islam, que actúa en el seno de la embajada iraní en Beirut, seguidores de Hizbulah reciben clases de hebreo. En dicho centro existe una amplia biblioteca de libros en dicho idioma que incluye periódicos, libros sobre temas de defensa e incluso libros infantiles. Según dicen en Israel, en este lugar profesores palestinos preparan a los milicianos de Hizbulah responsables de escuchas en la red de comunicación militar israelí, en los buscapersonas y en los teléfonos móviles.
Las mismas fuentes señalan que durante la guerra de Líbano de hace un año, Hizbulah siguió de cerca los mensajes de buscapersonas enviados por altos oficiales israelíes y siguieron atentamente toda la información publicada en los medios de comunicación israelíes y en internet. En lugares tales como Bint Jebel, donde se llevó a cabo una intensa batalla, el Tsahal – el ejército israelí- encontró salas de escuchas de Hizbulah.
En Jerusalén afirman que la capacidad de las milicias islamistas en este campo supera la de gran parte de las organizaciones guerrilleras que actuaron en el pasado en la región. Esto se debe a la ayuda masiva y al entrenamiento suministrado por Teherán.
La inteligencia israelí dice que Hizbulah considera a los ciudadanos árabes de Israel su principal objetivo. Uno de ellos, Keis Obeid, huyó de Israel hacia Líbano, se convirtió incluso en un alto cargo de la organización y estuvo involucrado en el secuestro de un coronel israelí en la reserva, Elhanan Tenenbuam.
El pasado 30 de junio, las autoridades israelíes arrestaron en el puente Alenby, entre Jordania e Israel, a una joven árabe israelí que estudiaba odontología en Jordania. Ésta confesó en su interrogatorio a manos del Shin Bet – los servicios de seguridad interna- que Hizbulah le propuso convertirse en mensajera de la organización entre Ammán y el sector árabe israelí. Según las autoridades israelíes, la joven estudiante recibió un chip para un ordenador y los agentes de Hizbulah le pidieron que lo entregara a colaboradores de la organización en Israel.
Irán e Israel llevan a cabo una guerra de cerebros en la que están involucradas decenas de miles de personas de los dos bandos. Una cifra que no hace más que crecer día a día.