El Tribunal Supremo de Israel ordenó hoy al Gobierno y al Ministerio de Defensa que destruyan inmediatamente un segmento de muro al sur de la ciudad de Hebrón, en cumplimiento de un fallo anterior incumplido.
La nueva orden, que deberá ser aplicada en dos semanas, exige al Ejército israelí demoler un muro de unos 41 kilómetros que va a lo largo de la carretera 317, al sur de la ciudad de Hebrón.
Se trata de un obstáculo de hormigón de unos 82 centímetros de alto, y que según la Asociación de Derechos Civiles de Israel y habitantes de aldeas afectadas trata de impedir que el ganado de los palestinos pueda pastorear al otro lado de la carretera, en beneficio de los colonos judíos.
En diciembre pasado, el Tribunal respondió favorablemente a una petición de los demandantes y ordenó destruir el obstáculo.
El Estado israelí se desentendió del veredicto y los demandantes volvieron a recurrir al Supremo.
En su veredicto de hoy los jueces han dado una semana al Ejército para que destruya la construcción y una semana más para que limpie la carretera.
La presidenta del Tribunal Supremo, Dorit Benish, acusó al Ejército de retrasar deliberadamente la orden que expidió en diciembre, y pidió explicaciones a los representantes legales del Estado sobre este proceder.
«Si el Estado cumple así los fallos del tribunal, ¿qué se puede esperar del común de los ciudadanos? ¿Cuál es el mensaje que queréis dar (a la población)?», preguntó por su parte la jueza Ayala Procaccia.
En su primer veredicto, los jueces rechazaron los argumentos del Estado acerca de que la barrera tenía por objeto proteger a los conductores, e impedir que en caso de accidente cayeran a la cuneta.
El Estado israelí había propuesto también abrir brechas en el muro cada 200 metros, petición rechazada por los jueces.