Mientras que estas cuestiones tienen sus raíces locales, también están ligadas a la conducción de Teherán para lograr una hegemonía regional. La estrategia de Irán estuvo, básicamente, en vigencia desde la revolución islamista de 1979, aunque sólo, hace poco, comenzó a dar réditos. La meta, siempre declarada de la revolución, fue convertir a Irán en una sociedad islamista utópica con el objetivo de difundirla a través de Medio Oriente y el mundo islámico en general.
Mientras que, las voces de todos los líderes iraníes, apoyan básicamente este programa, el país fue, siempre, cauteloso en seguirlo, especialmente dado la larga guerra con Irak en los ´80 y la posibilidad de la oposición de Occidente. Pero ahora, una cantidad de hechos dieron al régimen renovada confianza y, la línea extrema, seguida por el presidente Mahmoud Ahmadinejad, fue más osada y, por tanto, generó un comportamiento temerario y violento.
Irán trata de extender su influencia de tres modos: propaganda e incitación, promoción de grupos de clientes y proyección del poder del propio estado.
Hoy, Irán auspicia a grupos islamistas radicales en Afganistán, Irak, Líbano y entre los palestinos así como en otros países. Sus dos clientes más importantes son Hezbollah en Líbano y el grupo palestino Hamas. Irán financia generosamente a estos grupos, les provee de armas y entrenamiento, los alienta a lanzar ataques y da forma a su ideología. Sin el apoyo de Irán, podrían perder la mayor parte de su poder. La evidencia indica que, Irán, instó a ser más agresivos y a lanzar ataques terroristas.
Tomen, por ejemplo, a Líbano. Hezbollah, el gran grupo musulmán Shi´a, sigue muy de cerca la línea de Irán. El líder de la organización, Hassan Nasrallah es, también, el representante oficial, en Líbano, del «guía espiritual» de Irán o líder supremo (el representante más poderoso del país). En 2006, lanzó ataques a Israel que llevaron a una guerra mayor, pasos que nunca se hubieran atrevido a dar a menos que el liderazgo de Hezbollah supiera que Irán deseaba esas acciones. En verdad, en una entrevista, realizada durante abril, en Al-Kawthar TV, el Sub Secretario General de Hezbollah, el Sheik Naim Qassem, contó a su interlocutor que «Hezbollah, cuando toca las cuestiones de jurisprudencia pertenecientes a su dirección general, así como a la dirección de Jihad, se basa en decisiones del «guía espiritual» (el líder supremo de Irán). Con respecto a todas los demás detalles-siempre que necesitamos aclaraciones en cuanto a lo que está permitido y lo que está prohibido sobre el frente de la Jihad- preguntamos y recibimos respuestas generales y las implementamos».
Desde fines de la guerra del verano de 2006, el énfasis de Hezbollah- quien reconstruyó su poderío militar- fue la búsqueda del control sobre Líbano. En una cantidad de ocasiones, Irán fue sorprendido contrabandeando armas a Hezbollah, a través tanto de Siria como de Turquía. Las Guardias Revolucionarias Iraníes actúan como asesores militares para Hezbollah. Los opositores libaneses a la toma de posesión iraní-siria, tanto políticos como periodistas, fueron sistemáticamente asesinados en ataques terroristas. Claramente, tal como muchos libaneses notaron, Irán está buscando convertir a Líbano en un estado satélite. Las mismas tácticas son empleadas con los palestinos. Hamas y la incluso más extremista Jihad Islámica palestina, siguen la línea de Irán.
Este junio hubo un cambio decisivo en la historia palestina. Hamas tomó el control de la Franja de Gaza, expulsó a sus rivales nacionalistas de Fatah, ejecutó a mucha gente por sus posturas políticas o actividades y dejó en claro su intención de transformar, la Franja de Gaza, en un estado islamista, siguiendo básicamente el ejemplo de Irán.
Muchos palestinos y otros árabes declaran, públicamente, su temor y resentimiento a la idea que, Hamas, representa el esfuerzo iraní para asir el control de su tierra y su causa. El 20 de junio, Yasser Abed Rabbo, miembro senior del Comité Ejecutivo de Fatah- OLP, afirmó en una declaración de prensa que «Irán ayudó a Hamas a conducir un golpe militar contra el liderazgo palestino legítimo y controlar la Franja de Gaza». «Irán apoya a los poderes hostiles – en Irak, Líbano y los territorios palestinos- a fin de servir a sus intereses regionales, a expensas de los pueblos y las naciones».
No se confundan «esto es, sólo, el comienzo. En el horizonte se asoma el arsenal nuclear de Irán. Si Teherán consigue su última arma de destrucción masiva, se concentrará en un número mayor de fuerzas radicales y terroristas para atacar Occidente, y a los árabes moderados e Israel. Escondido, detrás de su paraguas nuclear, Irán y sus aliados serán capaces de comprometerse abiertamente en ataques hacia intereses occidentales sin el temor de la retribución occidental. Finalmente, si Irán empieza a dominar, bloqueará cualquier oportunidad de paz y empujará a la región a décadas de más derramamiento de sangre.
Esta es la razón por la cual los detalles de los sucesos en Irak, Líbano y entre los palestinos, no sólo se desvirtúan sino que, verdaderamente, refuerzan la necesidad de contener a Irán, especialmente para asegurar que no obtenga sus armas nucleares.
*Embajador de Israel en Argentina