Los familiares no han querido esperar a los actos oficiales de recuerdo del primer aniversario de este conflicto, iniciado el 12 de julio de 2006, para mostrar su desacuerdo con la gestión que hizo del mismo el Gobierno de Olmert.
La denominada ‘Marcha de la Vida’ comenzará por la tarde en la localidad de Kfar Giladi, al norte del país, donde doce soldados israelíes murieron por un misil Katiusha, lanzado por la milicia chií prosiria.
Posteriormente se desplazarán a la estación de tren de Haifa, también en el norte, donde ocho operarios perdieron la vida por otro de estos proyectiles, para concluir en una ceremonia oficial en el Monte Herzl de Jerusalén.
Los familiares de las víctimas también visitarán el lugar en el que fueron apresados por Hizbulá los soldados israelíes Eldad Regev y Ehud Goldwasser, hecho que desencadenó los 34 días de contienda del pasado julio y agosto.
Olmert, a quien una comisión oficial responsabilizó de los errores de la guerra, junto con los entonces ministro de Defensa, Amir Peretz, y jefe del Estado Mayor, Dan Halutz, no tiene previsto asistir a la marcha, aunque ha sido invitado por los organizadores, aseguró su asesora de prensa, Miri Eisin.
Sí lo hará el recién nombrado titular de Defensa, el ex primer ministro y líder laborista Ehud Barak, informó la radio pública israelí.
Además de por la polémica generada por el informe de la citada comisión, que puso a Olmert al borde de la dimisión, la marcha viene precedida por una particular ‘guerra de epitafios’ lanzada por los familiares de las víctimas.
El Gobierno israelí se negó en un principio a calificar como ‘guerra’ el conflicto en el que un millar de libaneses, la mayoría civiles, murió por los ataques aéreos israelíes.
Sin embargo, presionado por los familiares de las víctimas, finalmente aprobó reescribir las inscripciones de sus lápidas con la mención ‘Muerto en la II Guerra del Líbano’.