La fosa común fue descubierta por casualidad el pasado mes durante los trabajos para la construcción de un gaseoducto en la localidad, situada unos 175 kilómetros al noroeste de la ciudad portuaria de Odessa.
En concreto, se espera que tres rabinos lleguen al lugar el próximo lunes para evaluar el tamaño de la fosa común y considerar los esfuerzos de identificación y nueva sepultura, explicó el portavoz de la comunidad judía de Odessa, Berl Kapulkin.
«El procedimiento de nueva sepultura es muy difícil. Todo debe ser hecho según las reglas judías para respetar a las víctimas», señaló Kapulkin a AP. Líderes judíos ucranianos y especialistas en el Holocausto aseguran que miles de judíos fueron llevados a la zona cercana a la fosa común en 1941 y hasta 10.000 fueron asesinados.
Según la comunidad judía de Ucrania, se ha establecido el nombre de 93 judíos que murieron en Gvozdavka. La comunidad regional tiene previsto erigir un monumento en recuerdo a las víctimas, para lo que han pedido a las autoridades que cedan el terreno donde se encuentra la fosa.
«Se ha colocado un gaseoducto encima de los huesos de la gente. Es una blasfemia», afirmó el portavoz de la comunidad judía de la región, Roman Shvartsman. «Muchos huesos están bajo el suelo», agregó.