Una ONG israelí distribuye alimentos en Naplusa.
Su separación data de comienzos de la Intifada, en señal de crítica por la complacencia mostrada por el movimiento hacia el entonces gobierno laborista por los llamados «disturbios de octubre», en que murieron 13 ciudadanos árabe-israelíes como consecuencia de la dura represión policial.
Dada la actual escasez de alimentos básicos ricos en proteínas, que está generando un problema de malnutrición en los Territorios Palestinos -sobre todo a nivel infantil y entre las mujeres jóvenes- Ta’ayush recoge donaciones en Israel, con las que luego compra alimentos y los distribuye.
Después de llevar varios camiones de ayuda humanitaria al campo de refugiados de Jenín tras la operación «Muro Defensivo», y a Belén, una vez que terminó el asedio a la Iglesia de la Natividad, durante las últimas semanas, los activistas de Ta’ayush han hecho distribuciones en los pueblos que circundan la ciudad autónoma de Naplusa.
Un portavoz de este grupo israelí, Ronen Wolf, asegura que «vamos a seguir desafiando algo que nos parece condenable desde el punto de vista moral: que la población civil sufra las consecuencias de la Intifada».
Aunque no sabe todavía cuál va a ser su próxima actividad, Wolf adelanta que volverá a tener lugar en las zonas rurales del norte de Cisjordania, que es donde las restricciones son más severas y la crisis humanitaria es más aguda.