Ese principal santuario judío, único vestigio del muro que circundaba el Templo de Jerusalén destruido por los romanos en el 70 d.C, se encuentra dentro de la ciudad vieja de Jerusalén, muy cerca del Santo Sepulcro y de la mezquita sagrada de Al Aksa.
Se trata de una zona reivindicada por los palestinos para establecer la capital de un futuro estado independiente en Cisjordania y la franja de Gaza.
El sondeo de opinión fue realizado por la empresa Tatzpit a encargo del Instituto de Estudios de Israel, con sede en esta ciudad, con motivo del cuadragésimo aniversario de la reconquista de Jerusalén oriental, y del ‘Muro’, en la ‘guerra de los seis días’ de junio de 1967.
Los festejos israelíes comenzarán este próximo martes por la noche y se prolongarán a lo largo del día miércoles.
El 89 por ciento de los interrogados para el sondeo también se manifestaron en contra de entregar la colina del Monte del Templo o de Moriah, donde se hallan la mezquita de Al Aksa y el santuario musulmán conocido como ‘Mezquita de Omar’ o ‘Domo de la Roca’.
No obstante, el sondeo revela que el 43 por ciento está de acuerdo en replegarse de los barrios árabes de la ciudad que Israel se anexó, en la actualidad habitados por 266.000 palestinos, un tercio de la población.
Otro 43 por ciento se opone a cualquier concesión en Jerusalén, así sea a cambio de una paz duradera que implique el fin del viejo conflicto nacional de más de un siglo con el pueblo palestino.
Los encuestados del sector religioso ortodoxo se mostraron menos favorables que los seculares a las concesiones. El 76 por ciento se opone a concesiones territoriales en el distrito de Jerusalén, ampliado debido a la anexión de más de veinte barrios y aldeas.
Aunque, en general, la mayoría de los israelíes se mostró dispuesto a devolver a los palestinos el control en sus barrios y aldeas del distrito jerosolimitano, el 75.7 por ciento se mostró escéptico acerca de la posibilidad de concertar la paz; sólo un 20,3 por ciento creen que es posible.
El 91.5 por ciento de los encuestados opinó que mantener una amplia mayoría de habitantes judíos en Jerusalén es ‘imperativo’, y el 81.3 por ciento cree que una ‘Jerusalén hebrea’ complementará la ‘fortaleza moral de Israel’.
La mayoría de los israelíes considera que ‘Jerusalén es la ciudad más bella’ del país, pero para el 51.8 por ciento es ‘una ciudad sucia’, y ‘una ciudad empobrecida’ el 47.3 por ciento de sus vecinos.
El 54 por ciento dijo que la ciudad -también santa para cristianos y musulmanes- se torna gradualmente en cada vez más un bastión de la comunidad hebrea ultra-ortodoxa, que supone tercio de la población de la ciudad más grande de Israel.