Olmert ha convocado para esta mañana a los jefes de los organismos de seguridad a fin de evaluar la situación, informaron portavoces de su oficina, aunque no se espera una decisión antes de consultarlo también con el Consejo de Ministros o con el gabinete reducido para asuntos de seguridad.
Hasta el momento, el primer ministro israelí no ha convocado una reunión con ninguno de esos dos organismos.
Unos veinte cohetes y proyectiles de mortero cayeron ayer en el sur de Israel disparados desde Gaza, mientras que el movimiento islámico Hamás anunció que suspendía la tregua.
Hamás se responsabilizó del disparo de los cohetes y alegó que eran en venganza por la muerte de ocho palestinos el fin de semana en operaciones israelíes en Cisjordania y uno en Gaza.
El anuncio de los islamistas preocupa en medios israelíes, ya que se teme que el brazo armado de la organización reanude también los atentados suicidas en Israel.
El presidente palestino, Mahmud Abás, de gira por varios países europeos, pidió a Olmert que actúe con contención porque se trata de una violación puntual de la tregua.
‘La violación de la tregua es un suceso excepcional que no se repetirá’, dijo ayer Abás en una rueda de prensa con el primer ministro italiano, Romano Prodi, en Roma.
Analistas locales y funcionarios del gobierno israelí consideran que en cualquier caso la respuesta de Israel a los últimos cohetes será ‘moderada’ y no incluirá una operación terrestre a gran escala en Gaza.
El Ejército israelí tiene preparados planes de contingencia para cualquier operación que requiera el Gobierno, y esta mañana presentarán a Olmert sus recomendaciones.
Mientras tanto, en Gaza, mediadores egipcios tratan de convencer al movimiento islámico que de que sus hombres cesen el disparo de cohetes a fin de impedir una escalada militar en la región.