El primer ministro israelí, Ehud Olmert, invitó hoy a los países árabes moderados, empezando por Arabia Saudí, a reunirse con él para hablar libremente y buscar maneras de relanzar el proceso de paz.
Olmert lanzó la invitación tras una entrevista en su residencia con la canciller alemana, Angela Merkel, y recalcó que aprovechaba «la importante ocasión de la visita de la presidenta de turno del Consejo de la Unión Europea» (UE) para hacerlo.
Agregó que también aceptaría una reunión con los citados países si fueran ellos quienes le invitaran a él y al presidente palestino, Mahmud Abás.
Abás, horas antes -en una comparecencia ante los medios también con Merkel- había apelado a Israel a responder a la iniciativa de paz adoptada esta semana por la Liga Árabe en su cumbre de Riad. Israel -dijo- debe dar una respuesta que permita entablar un diálogo «serio y directo para acabar con el conflicto árabe-israelí».
Olmert lanzó su invitación en tono distendido e incluso sonrió cuando aseguró que «por favor», los líderes árabes estaban invitados a Jerusalén y que «no se les impondría qué deben decir», ni el temario de las conversaciones.
«Una reunión de esas características -dijo- merece la pena… podría contribuir» al proceso de paz en la región.
Previamente, Olmert había elogiado el cambio de actitud de Arabia Saudí, que se ha convertido en «un socio activo».
Merkel, por su parte, al ser preguntada sobre las declaraciones que ha hecho a lo largo de esta visita respecto a que la buena disposición actual en los países árabes abre una gran oportunidad para la paz, argumentó que el que dichos Estados hayan pasado «de una postura neutral a una responsable» es ya muy importante.
La canciller y presidenta del Consejo europeo ofreció en nombre de la UE la cooperación del Cuarteto de Madrid -que integra la Unión junto con la ONU, EEUU y Rusia- para examinar las decisiones que Olmert y Abás tomen en las reuniones regulares que ambos han decidido mantener.
De esta manera, dijo, «se podrá verificar que lo que se decide también se puede aplicar».
Olmert y Merkel cenaron hoy al término de una visita de la canciller alemana a Israel y los territorios palestinos, durante la cual se entrevistó con Abás, pero no vio a ningún miembro del nuevo gobierno de unidad nacional, pese a una decisión de la UE que permite los contactos con ministros que no sean del grupo islamista Hamás.
Merkel fue preguntada sobre este particular y contestó explicando que la UE, bajo Presidencia alemana, había tomado la decisión respecto al Gobierno palestino en aras de la unidad europea, pero que esto no impide que haya «matices» en las posiciones de los distintos miembros.
La canciller reiteró su llamamiento a dicho gobierno a aceptar las condiciones del Cuarteto (reconocer a Israel y los acuerdos con este país y renunciar «a toda forma de violencia») y señaló que ésta es la condición para que el nuevo ejecutivo sea aceptado, algo que le agradeció Olmert.
Esta mañana, en un discurso en la Universidad Hebrea donde recibió un doctorado honorífico en Filosofía, Merkel recalcó el deseo de la UE de ayudar a reactivar el proceso de paz, pero opinó que no puede actuar sola, ni «imponer desde arriba» una solución a las partes directamente interesadas.
Explicó que por ello es por lo que ha decidido «reactivar el Cuarteto» de Madrid para Oriente Medio.
En cambio, mostró tener puestas muchas esperanzas en la contribución de los países árabes. Tanto en la rueda de prensa con Abás como en la que celebró con Olmert, Merkel elogió la iniciativa de paz de la Liga Árabe, si bien indicó que debía entenderse como base de negociación.
La Liga Árabe ha ofrecido a Israel normalizar relaciones a cambio de que se retire de los territorios que ocupó hace 40 años en la Guerra de los Seis Días.
En la rueda de prensa con Merkel, Olmert reconoció que aún hay amplias diferencias entre Israel y los países árabes (sobre el tema por ejemplo del derecho al retorno de los refugiados palestinos) y que éstas no se han achicado en la cumbre de Riad.
Pero se declaró esperanzado por el hecho de que los «estados árabes moderados y sobre todo Arabia Saudí dominen» y declaró que le «gustaría poder trabajar» con este último país.
«Yo -dijo-, igual que la canciller Merkel creo que esto es un proceso».