No hay dudas de que el gobierno de Kirchner hizo un esfuerzo significativo para que la causa del atentado en la AMIA avance en el terreno judicial, destacó Aaron Abramovitch.
POR AGUSTIN DE BEITIA.
El director general de la Cancillería israelí, Aarón Abramovitch, destacó el esfuerzo del gobierno argentino por llevar a la justicia a los responsables del atentado del 18 de julio de 1994 contra la AMIA, que dejó 85 muertos, y confirmó las «muy buenas relaciones» que mantienen ambos países desde la llegada de Néstor Kirchner. De visita en la Argentina, Abramovitch, de 56 años, participó el viernes de un acto por el 15º aniversario de la voladura de la embajada de su país, que tuvo lugar el 17 de marzo de 1992 y dejó 29 víctimas mortales. El vicecanciller, que encabezó la comisión para la evacuación y compensación de los colonos de Gaza y norte de Samaria durante el plan de desconexión de Arik Sharon, dialogó con La Prensa sobre el estado de la relación bilateral y la convulsionada situación en Medio Oriente.
– En los últimos meses la justicia argentina se movió en la causa AMIA en la dirección que siempre reclamó Israel. ¿Qué reflexión le merece este paso?
– No hay dudas de que ha habido un avance muy importante. Especialmente por el hecho de que Interpol acaba de dar curso a los pedidos de la Argentina para publicar las órdenes de captura de los iraníes involucrados en el atentado de la AMIA. Todo esto es un paso adelante muy importante en la investigación. Mencioné ese punto de vista en todas las reuniones que tuve en los últimos dos días: que Israel ve muy positivo el hecho de que el gobierno argentino avance en su intento de llevar a la justicia los responsables de ese atentado.
– El gobierno argentino no estuvo ajeno al impulso que cobró la causa, y en los últimos años ha mostrado otros numerosos gestos de simpatía y de afinidad hacia la comunidad judía, a la que ha recibido en muchas ocasiones. Se diría que hay una relación especial, privilegiada, con Israel. ¿Usted lo ve así?
– Si, no hay dudas de que tenemos muy buenas relaciones con el gobierno argentino. Y tampoco hay dudas de que este gobierno hizo un esfuerzo significativo para que la causa del atentado en la AMIA llegue al terreno judicial. Por eso mencionamos ese avance y el contacto con el gobierno argentino. Esto se suma a los años de buena y amistosa relación entre la República Argentina y el Estado de Israel.
MALDITAS ARMAS
– Irán está también muy presionado por su programa nuclear. Sobre este último punto surge una pregunta. Después de las acusaciones falsas contra Irak sobre su presunta posesión de armas de destrucción masiva, ¿por qué la comunidad internacional debería creer ahora las denuncias contra Irán?
– No hay dudas de que Irán está avanzando en un programa nuclear. Toda la comunidad internacional comparte la visión de que el plan tiene fines que no son pacíficos. Y no está bajo ninguna duda, como en el caso de Irak en su momento. La brutal actitud que asume Irán ante la comunidad internacional demuestra que tiene algo que esconder. Hay que recordar que Irán auspició abiertamente la destrucción del Estado de Israel, y que tiene un involucramiento regional que no nos afecta sólo a nosotros, sino también a los países del golfo Pérsico, al Líbano, a Irak. La Unión Europea ofreció a Irán llevar adelante un programa que no presentaba riesgo alguno de que el material fuera a ser usado con fines militares. Ellos lo rechazaron.
– La prensa israelí mencionó renovadas expectativas entre funcionarios israelíes sobre el proceso de paz en Medio Oriente a partir de un plan saudita. Esto, a pesar de la falta de resultados de la reunión del domingo pasado entre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas. ¿Es posible pensar en un relanzamiento del diálogo?
– La propuesta saudita es más una idea que un plan detallado. El punto positivo de esa propuesta es que llama a una solución de paz entre todos los gobiernos árabes e Israel. El problema es que el movimiento Hamas, que encabeza el gobierno palestino, siempre se opuso a eso. No quiere vivir en paz con el Estado de Israel. Frente a esto, la propuesta saudita es mucho más positiva.
– A fin de mes habrá una reunión de los gobiernos árabes donde se volverá sobre esta propuesta. Insisto: ¿Cree posible encarrilar las negociaciones?
– No puedo decirlo. Solo puedo manifestar mi esperanza de que la reunión de la Liga Arabe nos ayude a abrir un camino de paz entre Israel y los palestinos. El principal obstáculo de ese plan, que debe ser cambiado, es el punto que toca a los refugiados palestinos. No hay manera de llegar a una solución justa en el conflicto cuando se habla del regreso de los refugiados palestinos al actual territorio de Israel. Una solución justa es una solución de dos Estados para dos pueblos. La propuesta sugiere que los palestinos tendrían su Estado y serían además un porcentaje significativo en el Estado de Israel.
– Dos últimas preguntas. Por un lado, ¿qué lección saca Israel sobre la cuestionada invasión del Líbano del año pasado? Y por otro: El gobierno de Olmert quedó muy golpeado por ese motivo y se hundió en las encuestas. ¿No será esa debilidad un obstáculo para retomar el proceso de paz?
– Voy a responder solo la primera pregunta porque la segunda es una cuestión de política interna israelí que prefiero evitar. Israel luchó en la guerra del Líbano realmente con una mano atada. Eso fue así porque Israel se negó a atacar al Líbano como Estado e intentó bombardear solo blancos de Hezbollah dentro del territorio del Líbano. Una de las consecuencias de esa guerra es que Israel intentó armar al Líbano como un Estado y no armar a los ciudadanos libaneses que fueron a esa guerra pero no por su propia voluntad. Y eso a pesar de que Hezbollah en toda esa época atacó sin diferenciar blancos civiles en todo el norte de Israel.
La Prensa