Purim, otra festividad rabínica, al comienzo de la primavera, tiene lugar el 14 de adar (15 de adar en las ciudades amuralladas), conmemorando la liberación de la atormentada judeidad del imperio persa bajo Asuero, como se relata en el Rollo de Ester. Foto: Olmert con un niño antes de Purim.
Esta fiesta compensa la solemnidad de la mayoría de las demás festividades judías, siendo un mandato el alborozo y la diversión. Las escuelas no funcionan, las celebraciones públicas abundan, los periódicos publican notas jocosas del tipo del Día de los Inocentes, niños (y adultos) se disfrazan y la festiva lectura del Rollo de Ester se acompaña con el sonido de matracas cada vez que se pronuncia el nombre de Hamán. Los ortodoxos permiten embriagarse, con límite, y llevan a cabo una lista exacta de obligaciones: otorgamiento de caridad, lecturas vespertina y matutina del Rollo de Ester, intercambio de manjares y un banquete festivo.