El presidente de Israel, Moshe Katzav, a punto de ser inculpado por violación, decidió este miércoles «retirarse temporalmente de su puesto» y aseguró que es víctima de una «caza de brujas» dirigida por la prensa, mientras el primer ministro, Ehud Olmert, se sumaba a las voces que piden su dimisión.
«Hoy anuncié a la Knesset que me retiraré de mi puesto» temporalmente, confirmó Katsav, una decisión de la que anteriormente había informado el portavoz del Parlamento.
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Katzav es sospechoso de haber violado a una ex empleada cuando era ministro de Turismo, entre 1998 y 1999, y de acoso sexual contra otras trabajadoras de la presidencia. Según un comunicado del fiscal general, Menahem Mazuz, el presidente israelí debe ser inculpado de violación, acoso sexual, obstrucción de la justicia y amenazas contra testigos, un hecho sin precedentes en la historia del país.
Katsav, casado y padre de cinco hijos, criticó enérgicamente lo que a su juicio es una «caza de brujas» llevada a cabo por la policía, la fiscalía y la prensa. «Fui víctima de un vergonzoso complot, de un lavado de cerebro por parte de la prensa», aseveró. «Y la policía siguió a la prensa», agregó.
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Si es reconocido culpable de violación podría ser condenado a entre tres y 16 años de prisión.
Numerosas voces en la prensa y en la clase política exigieron su renuncia inmediata. «En estas circunstancias no hay duda en mi corazón de que el presidente no puede continuar en sus funciones y tendrá que dejar la presidencia», dijo el primer ministro, Ehmud Olmert, en una conferencia en Tel Aviv. «Creo que la decisión apropiada para Katzav sería dimitir», declaró la ministra de Justicia en funciones, Tzipi Livni, que subrayó sin embargo que sigue siendo «inocente».
El partido político de Katzav comenzó a reunir los votos de 20 diputados necesarios para convocar a la comisión parlamentaria de la Cámara con el objetivo de iniciar un proceso de destitución. Para culminar tal procedimiento, sin precedentes en la historia de Israel, 90 de los 120 diputados de la Knesset deberían aprobarla en sesión plenaria.
Katzav, en calidad de jefe de Estado, tiene inmunidad mientras esté en el cargo y sólo puede ser inculpado si dimite o si es destituido por dos terceras partes de los diputados (90 de 120).