‘Si el fiscal general decide presentar el acta de acusación, me comprometo a dimitir, no me quedaré aquí ni un segundo más’, aseguró Katzav en la primera comparecencia ante los medios desde que la Fiscalía General anunciara el martes que iba a presentar en su contra una acusación por varios delitos sexuales, entre ellos el de violación.
Katzav, que compareció acompañado por su mujer, Guila -a la que abrazó públicamente al terminar la comparecencia-, explicó: ‘Reconozco que lo fácil para mí sería dimitir y tengo ganas de dimitir en este preciso momento, pero también es mi obligación defenderme’.
Y confirmó que, dado que la ley no le exige dimitir, ha presentado una petición al Parlamento para que le exima de sus funciones de forma temporal, tres meses, mientras aclara la situación con el fiscal general.
En una tumultuosa alocución, Katzav lanzó su ‘yo acuso’ particular y no dejó títere con cabeza.
Se presentó como un mártir de una campaña de linchamiento mediático al que, dijo, ha sido sometido en los últimos siete meses, desde que se comenzaron a conocer los casos de mujeres que lo acusan de distintos delitos como abuso de poder, acoso sexual, agresiones físicas e incluso violación.
‘En todo este tiempo he escuchado historias increíbles, leído artículos y visto programas (…) y en ningún momento se me ha dado la oportunidad de defenderme’, aseguró Katzav con tono desafiante y golpeando en reiteradas ocasiones en el podio presidencial.
El jefe del Estado ha asegurado que ‘la presión de los medios es muy pesada’ y que en los últimos meses ‘el único que no ha abierto la boca he sido yo, el presidente de Israel’.
‘Vosotros habéis escrito todas esas mentiras, ¿Soy yo el que debo avergonzarme o sois vosotros?’, espetó Katzav en tono amenazante a los periodistas reunidos esta tarde en la Residencia Presidencial, a los que acusó de dejar a un lado ‘la ética profesional’.
El presidente también acusó a la prensa de ser racista con él por ser de origen iraní. ‘Esa es la misma prensa que cuando fui elegido hace seis años escribió que ‘es el final del sionismo», explicó.
Durante la exposición se produjo incluso un pequeño altercado con un periodista de la televisión israelí.
Asimismo, Katzav ha vertido duras acusaciones contra el fiscal general del Estado, Menajem Mazuz, de quien dijo que había filtrado informaciones a la prensa y sin conocer pruebas fehacientes de los delitos, aseguró a un medio de comunicación en septiembre que no tenía capacidad para determinar si el presidente decía la verdad al esgrimir su inocencia.
El presidente israelí, que dijo sentirse ‘humillado y dolido’, se dirigió hoy directamente a la ciudadanía durante 50 minutos y apeló al ‘sentido común’ contra lo que llamó ‘una caza de brujas’ por parte de la prensa, la policía y la fiscalía.
‘La policía se ha propuesto un sólo objetivo: señalarme y destruirme’, denunció sobre la actuación de los investigadores, de los que dijo ‘han hundido y saboteado una y otra vez cualquier testimonio a mi favor’.
‘Hubo mujeres que trabajaron conmigo y no dijeron una sola palabra en los más de 35 años que he estado en el servicio público (…) y cuando la Policía fue a investigarlas aprovecharon la oportunidad para hundirme’, afirmó.
Pero, añadió, ‘no pienso bajar la cabeza y dejar que atropellen mi honor. Me defenderé aunque tenga que librar una guerra mundial.
Voy a luchar para limpiar mi buen nombre’.
Según el presidente israelí, ‘nadie, ningún abogado, ha visto hasta ahora las acusaciones y las pruebas’, por lo que está esperando a la audiencia preliminar con el fiscal general para responder a todos cargos que pesan en su contra.
Katzav aseguró que ‘conforme pase el tiempo todos los ciudadanos comprenderán el alcance de la desgracia que ha ocurrido aquí’.
Aunque Katzav se resiste a retirarse definitivamente, numerosas personalidades políticas, empezando por el primer ministro, Ehud Olmert, han pedido su dimisión y ya esta en marcha en el Parlamento un proceso para destituirlo.