El presidente de Israel, Moshé Katzav, ofrecerá hoy una rueda de prensa para explicar su posición tras la notificación que recibió del fiscal general de que está considerando la posibilidad de ordenar enjuiciarlo por la violación y otros abusos sexuales contra cuatro de sus ex empleadas.
Fuentes cercanas al fiscal Mijael Mazuz prevén que Katzav, de 61 años de edad y desde el año 2000 en la Presidencia, anunciará esta tarde en la rueda de prensa que cesará temporalmente en sus funciones, como prometió ante el Tribunal Supremo al estallar el escándalo.
En un caso así, la presidenta del Parlamento (Kneset), Dali Itzik, legisladora del Partido Laborista, asumirá esas funciones aunque, nominalmente, Katzav seguirá en el cargo.
En un caso así, el Parlamento tendrá que autorizar la decisión del presidente, y por un período no mayor de tres meses, y otros tres meses adicionales, según la ley.
El escándalo estalló en julio del año pasado, cuando una ex secretaria del presidente lo demandó por violación, lo que hizo a Mazuz ordenar la correspondiente investigación policial. También los investigadores policiales recomendaron su enjuiciamiento.
En la situación creada caben tres opciones: el presidente dimite al quedar expuesto al juicio por recomendación del fiscal, que es asesor jurídico del Gobierno y defensor del estado de derecho; cesa temporalmente en sus funciones hasta que el fiscal decida si debe ser juzgado o no, o lo destituye el Parlamento.
Los abogados defensores de Katzav, Tsion Amir y David Libaí han solicitado la documentación pertinente para estudiarla y creen que podrán hacer cambiar de opinión al fiscal, quien debe celebrar aún una audiencia con el presidente antes de dar a conocer su decisión.
Según la Ley de la Presidencia, Katzav, cuyo mandato terminará en mayo próximo, goza de inmunidad y no puede ser sometido a juicio durante su investidura, pero puede ser destituido por el Parlamento.
El frente pacifista Meretz-Iájad, en la oposición, tomó la iniciativa para destituirlo lisa y llanamente, y la jefa del bloque, Zehava Gal-On, anunció esta mañana que ha comenzado a recoger las firmas necesarias para iniciar el proceso legislativo con ese fin.
Para destituirlo, tendrá que conseguir primero el respaldo de 20 legisladores de la Comisión para Asuntos de la Presidencia y después el voto de 90 de los 120 representantes del Parlamento, lo que no será fácil, según los analistas parlamentarios de la prensa local.
Entre los cinco candidatos a suceder a Katzav si no dimite antes de concluir su mandato, o si no fuese destituido por el Parlamento, se encuentran el octogenario estadista Simón Peres.
Katzav por el Partido derechista Likud y Peres por el Partido Laborista fueron los principales candidatos en el 2000 para asumir la Presidencia tras la dimisión del presidente Ezer Weizman, quien optó por dimitir al ser hallado sospechoso de delitos económicos por los que, finalmente, no fue juzgado.
El presidente no cuenta en Israel con las facultades propias del Poder Ejecutivo, a cargo del primer ministro, y debe ejercer sus funciones ‘por encima de las divergencias políticas’ pues es ‘el primer magistrado de todos los ciudadanos’.
Entre sus funciones se encuentran, además de las de representar al Estado hebreo, la de designar al legislador que ha de formar el nuevo gobierno después de un proceso electoral, recibir las cartas credenciales de embajadores y la de los indultos a delincuentes.
Entre los cargos de los que es sospechoso Katzav, uno descartado por Mazuz, era el de haber recibido recompensas por algunos indultos otorgados a delincuentes, lo que no se probó.