En los últimos días hemos visto como la perversa ideología que el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad ha venido revelando desde que asumió el poder, llegó a límites inimaginables. La vergonzosa iniciativa de su gobierno de organizar una conferencia internacional para negar el Holocausto es sin duda una afrenta a la memoria y a la historia de millones de seres humanos exterminados por el régimen nazi. Es la muestra más significativa de cómo el gobierno iraní ha elegido apartarse del camino de la convivencia y la cooperación entre naciones. Su feroz antisemitismo y racismo demostrado contra el pueblo judío, llamando a la destrucción del Estado de Israel y negando el Holocausto, está causando un daño irreparable a su propio país y a los países islámicos en general, mostrándolos como intolerantes, fundamentalistas y agresivos.
Frente a esta manifestación de odio, la comunidad internacional expresó su repudio demostrando hartazgo ante las constantes amenazas de Ahmadinejad contra el Estado de Israel y contra el mundo entero. Ha llegado la hora en la que nadie puede tomar a la ligera o quitarle seriedad a las amenazas del régimen iraní: esta claro que Ahmadinejad tiene serias y peligrosas intenciones y que existen elementos radicalizados en el mundo islámico que lo respaldan. Es imprescindible frenar esta doctrina extremista que desafía los más altos valores del mundo libre.
Por todo esto, resulta ineludible que se generen fuertes acciones políticas y constantes expresiones de condena de los gobiernos y hombres de bien contra lo que el presidente Ahmadinejad representa. A la comunidad internacional se le presenta un desafío trascendental y tendrá que actuar de manera decidida para impedir que Irán pueda concretar sus siniestros planes, que son revelados con la más absoluta impunidad.
Desde estás líneas, hago votos para que a través de medios pacíficos y diplomáticos se logre que Irán vuelva a razonar y actuar de un modo responsable en el seno del quehacer internacional. El encarrilamiento de Irán contribuirá para aliviar las constantes tensiones en el Medio Oriente y en el mundo.