En medios oficiales existe el temor de que la Unión Europea (UE) reduzca sus presiones sobre el Gobierno del primer ministro palestino Ismail Haniye, de Hamás, quien se niega a reconocer la legitimidad de Israel, y este fin de semana afirmó en Teherán que considera a Irán ‘la profundidad estratégica’ de los palestinos.
Irán, que no es un estado árabe, es visto en Israel como su mayor y más peligroso enemigo.
El viceministro israelí de Defensa, Efraim Sne, declaró esta mañana sin mayor precisión, que ‘ya hay fisuras’ en la posición de la comunidad internacional que en marzo pasado impuso un boicot al Gobierno de Haniye, y afirmó: ‘Hay que cerrarlas’.
El boicot causa graves problemas económicos a los palestinos, entre los que más de 160.000 funcionarios públicos están cobrando sólo parte de sus salarios desde que Haniye asumió el poder debido a que las donaciones a su Gobierno se interrumpieron.
Olmert también conversará con Merkel acerca del supuesto programa nuclear iraní, cuyo presidente Mahmud Ahmadineyad ha llamado a ‘borrar a Israel del mapa’.
El Gobierno de Alemania, que ejercerá la presidencia de turno de la Unión Europea a partir de enero próximo, también se propone impulsar el ahora estancado proceso de paz en Oriente Próximo.
La entrevista de mañana en Berlín coincidirá con la inauguración en Teherán de un simposio auspiciado por el líder iraní con la participación de investigadores que niegan y califican de ‘un mito’ el genocidio de seis millones de civiles judíos por la Alemania nazi y sus aliados en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde Alemania, Olmert viajará a Italia para reunirse con el primer ministro, Romano Prodi, y el miércoles será recibido en audiencia por el Papa Benedicto XVI en la Santa Sede.
Con Merkel y Prodi también tratará el jefe del Gobierno israelí de la crisis política en Líbano, donde Alemania e Italia cuentan con tropas en la Fuerza Provisional de la ONU (FPNUL), que controla el alto el fuego desde el fin de la guerra de Israel contra la milicia pro-iraní Hizbulá el verano pasado.
Según fuentes del Gobierno israelí y de las Fuerzas Armadas, si el Partido de Dios (Hizbulá) consiguiera la dimisión del primer ministro Fuad Siniora, su brazo armado buscará expulsar a la FPNUL y los milicianos chiíes regresarán a la frontera con Israel.