Esta semana Israel honrará la memoria del Primer Ministro Itzhak Rabin (Z»L) al cumplirse 10 años de su asesinato. Su figura es, para muchos, el símbolo de la paz y la esperanza y representa a todo el Estado de Israel.
Rabin participó, encabezó y concibió los procesos más significativos que atravesó el pueblo y el Estado Judío.
Nació en Jerusalén. Estudio en la Escuela de Agricultura «Kaduri» y, siendo muy joven, se incorporó al Palmaj convirtiéndose en uno de sus más destacados oficiales. Durante la Guerra de la Independencia, comandó la Brigada Harel, encargada de defender a la ciudad de Jerusalén y, en la Guerra de los Seis Días, como Comandante en Jefe del Ejército de Israel, liberó la Ciudad Vieja.
Después de largos años de ser guardián de la seguridad de Israel, tanto desde el ejército como desde la política (llegaron a llamarlo «Sr. Seguridad), Rabin decidió que, el próximo paso, para garantizar la salvaguarda del Estado, era el Proceso de Paz con los palestinos y con los estados árabes y el reconocimiento de Israel como Estado del Pueblo Judío.
El camino de Rabin – como político, como general y como ciudadano- reúne los tres elementos básicos que conforman la esencia de Israel: la paz, la seguridad y la realización.
Minutos antes de ser asesinado, Rabin – de pie- sobre el escenario en la Plaza Reyes de Israel, que hoy lleva su nombre, dijo a los miles de personas que se habían congregado en el lugar, para apoyar la paz y repudiar a la violencia:
«(…) Pero, más que nada, en los más de tres años de existencia de este Gobierno, el pueblo israelí ha demostrado que es posible hacer la paz; que la paz abre las puertas a una economía y sociedad mejores; que la paz no es sólo una plegaria. La paz está, ante todo, en nuestros rezos pero es, también, la aspiracion del pueblo judío; una genuina aspiracion por la paz».
Lior Haiat
Agregado Cultural
Embajada de Israel en Argentina
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