«Puedo asegurar que no invertiremos dinero en una sociedad que es corrupta y no es transparente, y sospecho que otros países tampoco lo harán», aseveró Bush, tras recordar sus exigencias de una reforma de la Autoridad Nacional Palestina.
«El mapa que nosotros hemos trazado es uno en el que todos nuestros países amigos y aliados se unen para luchar contra el terrorismo», añadió el presidente estadounidense en Calgary (Canadá), donde asiste a la cumbre del G-8.
George W. Bush decidió retirar su apoyo a Yasir Arafat después de recibir la semana pasada un informe del servicio de inteligencia que asegura que el líder palestino autorizó una subvención de 20.000 dólares -unos 20.500 euros- a la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa.
En el caso de que el pueblo palestino eligiera de nuevo a Yasir Arafat, Bush se ha limitado a decir: «Si hay un líder comprometido con el terror, no estaremos en el camino de la paz. Confío en que los palestinos entiendan lo que les estamos diciendo para que tomen las decisiones adecuadas».
El presidente estadounidense afirmó que los palestinos están siendo utilizados «como peones, la economía está hundida y viven en ruinas. Su liderazgo les ha fallado».
El primer ministro británico, Tony Blair, que se reunió con Bush en Calgary, insistió en el punto de vista manifestado por los países europeos y Canadá acerca de que «corresponde a los palestinos elegir a sus líderes».
Sin embargo, pareció acercarse a las tesis de Bush, al señalar que «a nosotros nos corresponde decirles cuáles son las consecuencias de elegir gente que no son interlocutores serios en unas negociaciones» de paz.Fte El Mundo