Sin embargo, aclaró que su milicia no tiene intenciones de atacar de momento en la franja de Gaza a fin de posibilitar la retirada militar y el desmantelamiento de los asentamientos judíos.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha calificado de «terrorismo judío» el asesinato, y afirmó que el ataque estaba «dirigido contra palestinos inocentes», que fue fruto de un «pensamiento retorcido» y que pretendía detener la evacuación de las colonias israelíes de la franja de Gaza.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abú Mazen, ha pedido «contención» a las facciones de la resistencia palestina tras condenar el ataque.