Esta escala, de tan sólo unas horas, se produce tras la entrevista de Sharon y Bush, calificada de «fructífera» por fuentes cercanas al primer ministro israelí, y al día siguiente de un atentado en el que murieron el kamikaze palestino y una israelí y 14 personas resultaron heridas en Herzliya, cerca de Tel Aviv (norte de Israel).
Sharon se felicitó por «el afianzamiento de los lazos de amistad» con Estados Unidos, por la constatación de «la necesidad de reformas para los palestinos» y por la anulación política del presidente palestino, Yasir Arafat, del cual Bush dijo sentirse «decepcionado».
El primer ministro israelí aprovechó también la visita para estrechar lazos con el Congreso norteamericano, cuyo apoyo a Israel no se ha desmentido. Las dos cámaras del congreso aprobaron recientemente, con una gran mayoría, mociones de solidaridad con Israel en su lucha contra el terrorismo.
El último encuentro entre Sharon y Blair tuvo lugar en noviembre pasado, durante la gira por Oriente Próximo que efectuó el jefe del gobierno británico. Sharon declaró entonces que Israel no haría «ningún compromiso» con respecto a su seguridad mientras Blair llamaba a los israelíes a respetar el «derecho internacional»