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Universidad Ben Gurion: El fenómeno de estudiar en el Neguev

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 Itongadol/AJN.- La Universidad Ben Gurion es una de las principales universidades de investigación del país y una de las líderes mundiales en muchos campos. Posicionada como la mejor institución académica en satisfacción estudiantil en Israel, más de 6000 de sus estudiantes participan en una amplia variedad de proyectos comunitarios y sociales en la región, focalizados principalmente en reparar la brecha entre los sistemas educativos de estudiantes judíos y beduinos.

En 1969, después de la creación del Estado de Israel, el Gobierno decidió que se necesitaba una universidad en el Néguev, con vistas a desarrollar la región, para que haya una institución que se ocupe de los residentes del Neguev y la región. Esto es compartido con la visión del ex primer ministro David Ben Gurion, quien desde el nacimiento del país pensó en el Neguev y en su futuro.

“En contraposición a otras universidades, que solo piensan hacia adelante y no en lo que pasa afuera, nosotros desde siempre nos preocupamos por lo que pasa a nuestros alrededores. Desde nuestros inicios cooperamos con la comunidad”, aseguró a la Agencia AJN Ehud Zion Waldoks, del Departamento de Relaciones con los Medios de la Universidad.

Inicialmente tuvo el nombre de “Universidad del Néguev”, pero luego de la muerte de Ben Gurión en el 73, se cambió a “Universidad Ben Gurion del Neguev”. La universidad también mantiene dos campus anexos, uno en Eilat y otro cerca del kibutz Sde Boker, donde Ben Gurión pasó sus años del retiro, denominado Midreshet Ben Gurion.
Con una inscripción actual de 17.400 estudiantes, la Universidad Ben Gurion del Neguev posee facultades de Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Ciencias de Ingeniería, Ciencias de la Salud, Administración e Investigaciones del Desierto.

“Nuestra Escuela de Medicina para la Salud Internacional desarrolló un modelo social comunitario en el que, desde el primer momento, los estudiantes pueden ofrecerse como voluntarios para atender personas y se centran específicamente en ellas, no en la enfermedad”, explicó Ehud Ehud Zion Waldoks.

Además, explicó que los colegios poseen actividades para incentivar a estudiantes secundarios a estudiar en el Neguev, un programa que desde hace 20 años se lleva a cabo en la Universidad.

Pese a que gran parte de los residentes del Neguev son beduinos, el sistema educativo de sus colegios es de menor calidad que en las zonas judías. Alrededor de 1200 estudiantes árabes estudian en BGU, siendo casi 500 de ellos beduinos y el 70 por ciento de los beduinos de ellos, mujeres.

“Un fenómeno interesante muestra que la mayoría de los hombres dejan los estudios y son las mujeres las que continúan. Esto comenzó en la generación anterior, por ende, las mujeres que estudiaron en los años 90 ahora tienen doctorados, muchas son médicas. Un ejemplo de ello es Sara Abougaff, la primera psicóloga clínica beduina y actualmente profesora en la Universidad”, señaló Ehud Zion Waldoks.

Generalmente, los problemas de los residentes beduinos radican en lo cultural, como el idioma, debido a que su idioma materno es el árabe. Ante esto, la Universidad creó programas educativos especiales, focalizados principalmente en brindar una solución a algunos de los desafíos únicos que enfrentan estas mujeres. Entre ellos se encuentra la creación de un centro especial para estudiantes beduinas. Este fue primero de su tipo, un centro social y un “hogar cálido lejos del hogar” para las estudiantes beduinas que estudian en la Universidad.

Con la creación de este centro, las estudiantes pueden descansar entre clases y esperar sus viajes a casa, estudiar y reunirse para actividades conjuntas (talleres de empoderamiento, conferencias de salud de la mujer, actividades sociales y más).

Al comienzo del año escolar, durante el seminario de orientación para estudiantes beduinos, las mujeres estudiantes son invitadas, junto con sus padres, a visitar el centro, con el objetivo de alentar la cooperación de los padres para apoyar el estudio académico de sus hijas.

“Logramos un cambio cultural en la sociedad beduina. Claro que hubo resistencia por parte de los hombres, pero ahora es aceptado”, concluyó, remarcando el orgullo que significó pasar de tener cinco a 500 estudiantes beduinos en la institución.

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