EFE.-Desconocidos habrían conseguido por Internet informaciones muy reservadas de una empresa israelí especializada en el tratamiento de todo tipo de aguas, entre estas las pesadas, que se emplean en los reactores nucleares, y las transfirieron a una empresa competidora.
El director de la empresa que presentó la queja, Baruj Ziser, se excusó de referirse específicamente a las informaciones robadas por medio de ese programa sobre sus proyectos para el reactor de Dimona.
El rotativo de Tel Aviv indica que se trataría, entre otros, de un programa exclusivo y patentado para producir agua pesada.
Las actividades desarrolladas en ese centro atómico construido hace medio siglo en el desierto meridional del Néguev son los más guardados del Estado israelí, que nunca ha admitido oficialmente poseer armas atómicas a su disposición.
Según el diario de Tel Aviv, el robo de esa información, traspasada a otra empresa local que compite con aquella, causa preocupación entre las autoridades del reactor.
Las autoridades policiales han detenido en averiguación a doce detectives de agencias privadas, sospechosos de haber transferido informaciones de importantes compañías israelíes a sus principales competidores valiéndose del ‘Caballo de Troya’.
Uno de esos agentes, Itzhak Rat, detenido hace más de dos semanas, intentó suicidarse ayer, miércoles, arrojándose desde una tercera planta en una dependencia de investigaciones policiales.
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